El Loco, el gringo y la Tortuga

Por: Carlos Christian Sánchez Columnista -

El Martes de Carnaval, mientras se quemaban los últimos cartuchos de la farsa, salió abruptamente el otorgamiento de fianza al expresidente de la República Ricardo Martinelli. Panamá estalló en celebraciones, al punto que el Call Center varelista y los voceros del MOTTIN quedaron tan sorprendidos por la reacción popular. Por supuesto, eso no iba a quedar así para el clan de las Tortugas.

El Día de San Valentín, la cuenta Twitter de la Embajada gringa anunció la retractación de la jueza Marcia Cooke, que suspendía la fianza dada a Martinelli. Sospechosamente, esto salió primero publicado en un medio informativo de la representación diplomática del Ejecutivo estadounidense, liderado por el polémico Donald Trump. Tanto es así que gran parte de los expertos juristas norteamericanos quedaron atónitos. Se cayó la máscara que vendieron algunos sobre la transparencia e independencia del sistema judicial gringo.

Es evidente la reacción parcializada de la Cancillería panameña, controlada por una dirigente del MOTTIN. El ministerio argumentó horas después de la fianza dada al “Loco”, de que eso se podía apelar por parte de los fiscales, dando señales evidentes de presiones hacia la contraparte. Recuerden que el “otro” es uno de los pocos aliados estratégicos de Estados Unidos en la región. Basta con decirle a Trump que si sueltan al expresidente, Panamá flexibilizaría los controles migratorios en el Darién y que no frenarían la marejada de 3 millones de venezolanos que pululan hoy por Colombia. Todo el mundo sabe que esa gente, mano de obra barata y calificada, va rumbo a El Paso o Tijuana.

¿No que Panamá es aliado de la Coalición contra Isis? ¿De que el “otro” fue invitado a la Casa Blanca para formar parte del grupo que rechaza al régimen madurista en Venezuela? ¿Qué tal si se revierte la autorización a las tropas gringas a entrar armados al territorio panameño, como hoy lo hacen sin restricciones? Son tantas las teorías de conspiración que circularon en las redes sociales, de las razones por la cual el “Loco” regresó a la chirola, todo por el lloriqueo del MOTTIN y el susodicho del Miramar.

Martinelli ha sido victimizado con la presión de Panamá hacia el gobierno de Trump. Tanto es así que gente que lo adversa fuertemente, como Juan Carlos Tapia o Ebrahim Asvat, sospechan de la absurda retractación de la jueza Cooke. Pero el asunto no queda allí. Las tendencias reflejadas en los medios virtuales indicaban que muchos panameños todavía admiran al “Loco”, pese a la campaña mediática de “Lawfare” de los voceros varelistas.

Tarde o temprano, el varelismo perderá su influencia política. Es solo cuestión de tiempo. Su precandidato cuentero que hace casas no sube la loma. Y es un hecho de que el oficialismo perderá el 5 de mayo de 2019, si hay una alianza CD – PRD o salga un candidato (o candidata) independiente que sea alternativa para limpiar la miasma en que está sumida la clase política istmeña.

A Martinelli, nuestro saludo y esta reflexión: “Paciencia, líder. Las duras pruebas que Dios pone en el camino nos hacen más fuertes”. Larga vida y prosperidad para todos. Saludos, amigos...

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