Opinión - 01/5/14 - 03:15 AM

Elecciones

Las elecciones del próximo 4 de mayo están muy lejos de ser siquiera parecidas a las anteriores, en las que dos partidos se disputaban el poder para

Alfonso Zamora Alfonso Zamora

Las elecciones del próximo 4 de mayo están muy lejos de ser siquiera parecidas a las anteriores, en las que dos partidos se disputaban el poder para servir a los objetivos de los agentes del poder económico. Se votaba, pero no se elegía.

En el actual torneo electoral está en juego el desarrollo económico del país durante los próximos 30 años. Antes de 2009, el país no había ejecutado obras importantes que resolvieran los problemas que aquejaban a la población.

En la era anterior al gobierno Martinelli, las instalaciones del sector salud eran una verdadera calamidad, pero ahora, con la nueva Ciudad Hospitalaria y las unidades de atención primaria, el país quedará con un inventario de estructuras de este tipo como nunca antes en la historia.

Podemos decir, además, que el tema de los elevados precios de los alimentos ha sido combatido a través del Programa de Solidaridad Alimentaria y las jumboferias y jumbotiendas, sin dejar de mencionar la Cadena de Frío.

Por otra parte, los organismos de seguridad cuentan con un sistema de radares, helicópteros, lanchas rápidas y otros mecanismos con que vigilan las fronteras, los litorales y las zonas selváticas para impedir el avance del crimen organizado.

Se podrían seguir señalando acciones del gobierno que no solo atacaron el fondo de todos estos problemas, sino que han dado soluciones para las próximas décadas. Sin embargo, esto atenta contra los intereses de los poderosos que tan pronto retornamos a la democracia, encontraron fórmulas para enriquecerse a costa del Estado.

Este grupo de plutócratas también organizó la Corte Suprema para facilitar sus negocios; no obstante, la máxima corporación de justicia cuenta con una diversidad de magistrados que no responden a sus intereses.

El daño más grande que estos personajes causaron al país fue apoderarse de los medios de prensa, sobre todo los de televisión, para definir las líneas editoriales e informativas con las cuales tratar de manipular y engañar al pueblo y someter a los gobernantes de turno, un esquema que no les funcionó en los últimos cinco años.


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