Opinión - 13/5/14 - 03:29 AM

¿Encuestadoras?

Concluidos los comicios electorales en mi Panamá, el país de las oportunidades, los electores coinciden en que las grandes perdedoras fueron las encuestadoras que no lograron

Yadira Roquebert Yadira Roquebert

Concluidos los comicios electorales en mi Panamá, el país de las oportunidades, los electores coinciden en que las grandes perdedoras fueron las encuestadoras que no lograron acertar en sus vaticinios, máxime que se presentaban como las mejores y experimentadas, dejándose superar por los simulacros que se realizaron y cuyos resultados se acercaron más a la realidad.

Todas las semanas se esperaba con gran interés el resultado de las famosas encuestas. Qué pena que nos hayan hecho perder el tiempo, pues hasta yo llegué a posponer mis ejercicios físicos por estar pendiente. Y qué decir de mis respetados colegas de las televisoras, medios radiales e impresos, que presentaban con gran despliegue y hasta con anuncios publicitarios pagados que en tal fecha se darían a conocer los resultados logrados con métodos científicos y otras hierbas aromáticas, para captar la atención del público.

Ahhh, pero me gustó y fue realmente justo cuando mis colegas de Debate Abierto le exigieron el representante de Ipsos que se disculpara con los panameños, y así lo hizo, fue una manera de decirles: “Señores: a los panameños los respetan, no queremos gente que vengan a improvisar”.

Como siempre sostengo, cada experiencia vivida trae un aprendizaje, y en este caso, fueron los simulacros realizados en empresas privadas y colegios. Todos apostaban al presidente electo; inclusive, hasta la votación de los niños coincidió con los resultados finales. Y qué decir del sondeo realizado entre los asistentes a la obra “Quiero ser presidente”, una vez más resultaron efectivos.

No voy a hacer leña del árbol caído pues no es mi estilo, pero sí concluyo que el fenómeno del fracaso de las encuestas en Panamá se adhiere a una cadena de hechos similares en otros países de la región, lo que pone en duda la labor que realizan y que les exige evitar que las muestras se contaminen, pues esa pudo ser una causa de los resultados difundidos.

Por otra parte, considero que los simulacros se alzan como una forma de medición, siempre que sean aplicados de manera espontánea y sin presiones, con electores de escuelas, universidades y empresas privadas, nunca de instituciones estatales, pues pueden estar manipuladas, así conoceremos realmente el sentir del pueblo en un momento dado.


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