Enfrenta a tus gigantes con la fuerza de Dios

Hoy no es un día para lamentarse por lo que pudo haber sido y no fue, por los errores cometidos y las batallas perdidas, sino para empezar otra vez con mayor fuerza y con la luz del Espíritu Santo alumbrando el camino.

Empieza otra vez, pero no confiando en tus propias fuerzas, sino en las de Dios, el recorrido no será fácil, pero llegarás a tu destino. Enfrenta a tus gigantes con la fuerza de Dios!

Tus propias fuerzas te hacen ir a la batalla con mayor debilidad, confiar en ti no es la manera de adquirir confianza.

"Porque quién es Dios, sino solo Jehová, y ¿qué roca hay fuera de nuestro Dios? Dios es el que me ciñe de fuerza y quien despeja mi camino, quien hace mis pies como de ciervas, y me hace estar firme sobre mis alturas, quien adiestra mis manos para la batalla", (2 Samuel 22:32-35).

Enfrenta hoy a tus gigantes con la fortaleza de Dios, de esta manera sin duda alguna el éxito estará asegurado, independientemente de las dificultades del camino.

Es bueno que reconozcas tus debilidades y errores antes de enfrentar cada batalla; empero, eso no es suficiente para alcanzar la confianza que necesitas para ganar la guerra.

Ora y confía en Dios cuando aparezca el enemigo. Cuando confías en Dios descubres la verdadera paz y adquieres la seguridad de que todo es posible.

Solo descubrirás el poder y la fortaleza de Dios en la recámara secreta de la oración.

Dios abre un nuevo camino y te brinda una nueva oportunidad para que alcances el éxito, no importa si ayer te equivocaste, y dijiste palabras indebidas.

Hoy tu victoria está asegurada, aunque ayer caminaste por caminos incorrectos, amaste a la persona equivocada y reaccionaste mal cuando las presiones de la vida te agobiaron.