Opinión - 11/10/13 - 12:18 AM

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M i hermano Orlando estaba jugando con fósforos... y encendió un pedazo de caucho que se le pegó al brazo. Ante los gritos de dolor acudió nuestro

Por: - Viernes 11 de Octubre de 2013 12:18 AM

Milcíades Ortiz / Milcíades Ortiz

M i hermano Orlando estaba jugando con fósforos... y encendió un pedazo de caucho que se le pegó al brazo. Ante los gritos de dolor acudió nuestro padre, quien le apagó el fuego... ¡Y lo abrazó diciéndole Orlandito! Éramos muchachos de unos 10 años. Confieso que en ese momento quise que el quemado hubiese sido yo... para que papá me abrazara.

Nuestro padre no expresaba su amor por los hijos porque consideraba que eso nos haría "ñañecos". Allí estaba una expresión de machismo de hace casi 100 años. Había sido criado sin padre, por unas tías exigentes y estrictas. Ellas no le demostraban amor. Otra muestra de su machismo era decir que "los hombres no lloran".

Nos advertía que si alguien nos molestaba no viniéramos a quejarnos, sino que le diéramos un buen trompón. Nos enseñó golpes de boxeo para que nos defendiéramos porque él no nos ayudaría. Nosotros mismos teníamos que hacerlo porque éramos varones. Recordé esta forma como nos criaron cuando una dama me dijo que abrazó a su madre y ella se asombró.

Allí había un ejemplo de la falta de expresar cariño y amor, como antes criaban a algunas personas. Esos adultos reflejaban la misma manera como sus padres los atendían. Hoy al chiquillo, al hacerse adolescente, le da "pena" que sus amiguitos lo vean siendo abrazado por su madre y, peor, por su padre.

Reconozco que con los años he cambiado esta negativa forma de desarrollo familiar, que afectó a varias generaciones. Ahora se dan situaciones como las mencionadas, de una u otra manera. Ejemplo de esto es que ciertas jovencitas consideran que las madres son sus "peores enemigas"... porque no las dejan hacer los que les da la gana. Más de una vez un varón se ha expresado en forma despectiva al tratar sus padres de controlar sus excesos.

"Son viejos obsoletos", es una de las frases que se usa más de la cuenta. No hay que tenerles miedo a las expresiones físicas de amor. En EE.UU., un joven se hizo famoso hace años por iniciar una campaña de abrazos. Buscaba mejorar las relaciones humanas de ese país, donde a veces las relaciones familiares son frías.