Fiasco suizo

Por: Carlos Christian Sánchez Columnista -

El pasado 10 de octubre de 2017, todos nos sentimos orgullosos por la tan anhelada clasificación de Panamá a una Copa Mundial de Fútbol. Los astros se alinearon y un gran peldaño histórico se superó, tras décadas de incertidumbre en este deporte. Partiendo de este precepto, teníamos que estar bien conscientes de nuestra realidad: de que somos debutantes en un evento de grandes ligas y altísimo nivel.

Grandes potencias futbolísticas juegan entre los 32 países clasificados a Rusia 2018. Tienen años buscando el trofeo dorado de la Fifa. Panamá logró ese día glorioso un cupo al mundial, algo que Chile, Italia, Holanda y Estados Unidos no obtuvieron. Así es la suerte, pues el balón es redondo. Pensar siquiera de que pasaremos a los octavos de final es vivir un mundo de ilusiones. Gracias a Dios, los cotejos de preparación nos despertaron del sueño.

La estrepitosa goleada que sufrió nuestra selección en Suiza, de seis goles a cero (6-0), nos demuestra la verdad del nivel que poseemos. La mayoría de los jugadores panameños están a punto de jubilarse y representan el equipo de más edad que jugará en Rusia 2018. El planteamiento del DT Hernán “El Bolillo” Gómez fue demasiado especulativo, pues se dejó atrás la máxima de que “la mejor defensa es el ataque”. Por ello, hoy se trajo un “saco de goles” en un avión fletado de Copa Airlines.

En vez de pensar que les ganaremos a Bélgica, Inglaterra y a Túnez, la inversión lograda por clasificar al mundial ruso debe orientarse en construir nuevos coliseos deportivos. El estadio Rommel Fernández Gutiérrez debe ser reemplazado por uno nuevo. Es más, otros tienen que edificarse en Colón, Chiriquí y en Penonomé, puesto que nuestro objetivo es regionalizar el fútbol, algo en que el béisbol nos gana desde hace rato.

La Fifa otorgó una millonada a Panamá por clasificar a Rusia. Ese dinero, junto con el logrado por los patrocinadores de la selección, también debe dirigirse para entrenar nuevos jugadores y consolidar la LPF, pues también vienen los mundiales de Catar 2022 y el de 2026. Está bien recordar que pasamos en 2017 a la cita futbolística, pero hay que concentrar esfuerzos en los torneos venideros.

Este 18 de junio, cuando Panamá se estrene en el mundial, celebremos con hidalguía cuando se cante nuestro himno nacional y ondee la bandera tricolor. Apoyemos a la selección en su aventura en Rusia. Pero hasta allí. Ojalá eviten otras goleadas y que su presentación sea con marcadores aceptables, no humillantes como el fiasco suizo.

Larga vida y prosperidad para todos. Saludos, amigas y amigos...

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