Financiamiento político

Por: Redacción -

Lo revelado ahora en torno a la donación que se hizo a la campaña del actual gobierno con fondos provenientes de una compañía de Ernesto Chong Coronado, trae el tapete nuevamente al debate el tema de imponer controles y auditorías al financiamiento electoral.

Cuando se detecten esas situaciones es mejor revelar las cosas de inmediato y no esperar a que reviente el escándalo. El financiamiento político dudoso es como un cadáver oculto dentro de un closet: siempre saldrá a relucir.

Hace algunos meses, la Comisión Nacional de Reformas Electorales decidió establecer un tope de 15 millones de dólares al financiamiento privado de las campañas presidenciales.

En los pasados comicios, una misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA), reiteró a la clase política criolla lo que toda la sociedad y los medios de comunicación les han estado repitiendo desde hace ya más de 12 años, y que hasta hoy se han empeñado en ignorar: el establecimiento de un real y efectivo control del financiamiento a los partidos políticos y las campaña.

No hay mucha transparencia en el manejo de los fondos públicos utilizados para el subsidio electoral. Igual secretismo rodea las donaciones privadas a las campañas.

De existir los controles debidos y una rendición de cuentas obligatoria sobre las donaciones, habría sido fácil detectar y prevenir cualquiera infiltración, lo que permitiría a los políticos cierto grado de blindaje frente a la delincuencia que siempre intenta penetrar a las campañas políticas.

Es sano que se controlen los gastos de campañas y que además se establezcan mecanismos más rígidos para prevenir la filtración de dinero sucio en el financiamiento político.



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