Humberto Ivaldi,un pintor contestatario

Si en fiestas patrias recordamos a los héroes que ofrecieron su vida, sus sueños, su seguridad, por darnos un país libre y soberano, no debemos olvidar que otros también lucharon para que en nuestro país no tuviéramos un enclave colonial.

Entre ellos encontramos a Humberto Ivaldi, cuya vida está íntimamente ligada a la pintura y a los movimientos antinorteamericanos. Humberto Ivaldi, con su alma de patriota y su arma inmortal (el pincel), nos dejó obras eternas de un profundo valor patriótico: “El bautizo de la Bandera” y “El nacimiento de la República”.

Richard Brooks (Ricardo Ríos Torres), en su ensayo titulado: “Ivaldi, un pintor contestatario”, nos dice: “Jaime Humberto Ivaldi Bristán (1909-1947) lleva en su alma toda la rebeldía del arrabal santanero. El pintor de la nacionalidad panameña fue inconforme, autocrítico, innovador, contestatario.

En las aulas del Instituto Nacional echó raíces su vocación para el dibujo y la pintura. El Nido de Águilas, en 1928, en su aula máxima, escucha la voz patriótica de Ivaldi, alumno de tercer año, que llama a marchar a la Zona del Canal a sembrar banderas de dignidad y honor. Se anticipa a la Operación Soberanía del 2 de mayo del año 1958, a la Marcha Patriótica del 3 de noviembre de 1959 y al 9 de enero de 1964. Luego, en 1938, después de su regreso de España, una vez más en el aula máxima del Instituto Nacional vuelve a insistir en marchar al enclave colonial. Un grupo de jóvenes llegan cerca del hospital Gorgas, allí son detenidos por los policías zoneítas y retornan al Nido de Águilas. Solo los artistas tienen esa visión de futuro y Jaime Humberto lo es.

Luis Gaspar Suárez Sierra, el “Toty” revolucionario, sobrino del genial pintor, edita una obra excepcional en homenaje al pintor de la luminosidad y el color del exuberante trópico que cautivó a Cristóbal Colón: “Humberto Ivaldi. Vida y obra por Toty Suárez. La poesía en el color”.

El libro tiene un formato, diseño e impresión de lujo, con numerosas fotografías e ilustraciones a color y documentos sobre el devenir de un artista que, a pesar de sus penurias y privaciones, nos deja con el pincel, paleta, talento e idealidad, un legado pictórico de gran valía.

Ensayos excelsos de Álvaro Menéndez Franco y Carlos Rojas, semblanza de Pedro Luis Prados y perfiles de Nacho Valdés, Enrique Ruíz Vernachi, Rogelio Sinán, Ramón H. Jurado, Stella Sierra, Diógenes de la Rosa, Alfredo Sinclair, Renato Ozores, José Manuel Faúndes, Concha Peña, Felipe O. Pérez, Herasto Reyes, Humberto Calamari, Ramón Oviero, Jorge Conte Porras, Juan Manuel Cedeño, Alberto Dutary, Baltasar Isaza Calderón, Rodrigo Miró, José María Sánchez, Federico Carcheri Jr. y Manuel Orestes Nieto nos ofrecen una imagen sensitiva del pintor que, ante su infortunio, se suicida a los 37 años.

Ivaldi, el precursor del cromatismo en la plástica nacional, según Pedro Luis Prados, busca la esencialidad del panameño en sus paisajes, bodegones, retratos, murales, carros alegóricos y bocetos.

Humberto, siempre temperamental, rompe paradigmas, su ser interior es lava ardiente que anhela fertilizar el suelo artístico de la patria istmeña.

El alumno de Roberto Lewis llega por méritos a la Academia de San Fernando de Madrid. Allí admira a Goya y Velásquez, son tiempos de la guerra civil de 1936, de contrapuntos. Ivaldi es detenido, un cuadro lo salva de morir como Federico García Lorca o Miguel Hernández. Otro cuadro, “La sombra que avanza”, lo lleva a la cárcel en tiempos de Juan Demóstenes Arosemena.

Ivaldi, el luminista del esplendor tropical, nos deja una herencia artística impresionante. Álvaro Menéndez Franco, Carlos Rojas y Pedro Luis Prados nos dan detalles de su obra, la cual sobresale por su fina percepción estética, formación académica y, sobre todo, por la fuerza emocional que transmite en cada una de sus pinturas”.

Continuamos el próximo domingo recordando al pintor nacional Humberto Ivaldi y su nacionalismo rebelde, en estos días de la Patria.