Infiernillo político
B ueno, bueno, la dispersión del voto personalizado impidió al nuevo gobierno panameñista-popular obtener una mayoría legislativa por lo cual, tal como lo pronosticamos antes de
B ueno, bueno, la dispersión del voto personalizado impidió al nuevo gobierno panameñista-popular obtener una mayoría legislativa por lo cual, tal como lo pronosticamos antes de las elecciones, obliga al nuevo mandatario a buscar una alianza para poder gobernar con un grado de efectividad.
Por cierto que no es una tarea fácil, pues conlleva negociaciones que varían dependiendo del nivel, alcances o controversias que produzcan los proyectos o designaciones que deben contar con la aprobación legislativa.
De paso, para el presidente electo la situación le favorece dado el ofrecimiento hecho por el perredista Juan Carlos Navarro con un supuesto criterio de permitir la gobernabilidad.
Pero resulta que el actual secretario general del PRD tiene problemas internos para que deje el cargo dado que la forma independiente de los diputados electos de su partido revelan su falta de liderazgo.
Bajo el conocimiento de una más difícil negociación con el CD y su presidente Ricardo Martinelli, estrategias panameñistas plantean derogar la ley de revocatoria de mandato para negociar directamente con los diputados.
Pero esto asusta al perredista Navarro, sobre todo cuando algunos diputados de su partido (Robinson, presidente del PRD, Pineda, dirigente de San Miguelito, entre otros) claramente prefieren ser oposicionistas.
“No me voy a bajar los pantalones” fue la panameñísima frase lanzada por Robinson al referirse a la supuesta entrega del partido a los panameñistas por el secretario general Navarro.
La gente se preguntaba si el dos veces perdedor Navarro (como cuando lo vicepresidencial y luego presidencial) se estaba entregando al nuevo gobierno.
Incluso figuras del nivel del Expresidente Ernesto Pérez Balladares planteaban públicamente la salida del actual CEN del partido, al cual responsabilizan, por su política excluyente, de la desastrosa y humillante derrota del otrora poderoso partido.
Por lo pronto, las designaciones hechas por el presidente Juan Carlos Varela han recaído en personas de su entorno y ha sido claro en señalar que gobernará con el poder recibido del pueblo.
Aunque más del 60% votó en su contra.
Las elecciones marcaron el camino por seguir: los bandos enemigos y la traición.
También determinarán el futuro del llamado partido de Omar.
Bien lo dijo en su momento Arístides Royo unos de los fundadores del PRD, quien fuera presidente en tiempos cuartelarios: Uno se entiende mejor con los enemigos que con los traidores.