Opinión - 03/7/13 - 10:04 PM

Infiernillo Político

Bueno, bueno, sectores políticos y de la autodenominada sociedad civil están proponiendo una campaña electoral basada en propuestas electoreras y no de revelaciones, o sea, en promesas

Por: -

Ramón Jiménez Velez / Analista Político

Bueno, bueno, sectores políticos y de la autodenominada sociedad civil están proponiendo una campaña electoral basada en propuestas electoreras y no de revelaciones, o sea, en promesas propagandistas en vez de conocimiento de los candidatos.

Por cierto que el discurso político en el mayor de los casos es la exposición de una serie de promesas idílicas o la propuesta de lo impensable.

De paso el discurso político como plan de gobierno tiene distintos medios de significación de acuerdo con el propósito de engañar al elector prometiendo una serie de situaciones que de ganar simple y llanamente se pospone ¿o no?

Porque el discurso político es simple y llanamente mercadeo electoral, con propuestas de un paraíso no previsibles y generalmente no se sostiene con los recursos socioeconómicos y de capacidad de acción que tenga el ganador.

Sobre todo porque requiere contar con el apoyo legislativo y eso exige una serie de compromisos con los financistas de las campañas electoreras.

El programa de gobierno es el imán para el voto y aunque puede ser conveniente (pues se dirige a la emoción y no al entendimiento) buscando el apoyo del momento, en cultura de inmediatez que permite una opinión pública no sólida, sino liquida dirigida hacia el logro del objetivo electoral.

En la forma de inducir mediante la manipulación.

El programa de gobierno o propuesta electoral en países como el nuestro con grandes necesidades plantea resoluciones aunque no lo sustenta cómo.

Por ello no se quiere el discurso denunciante, de revelación para que se conozca al candidato como persona.

La campaña que divulga antecedentes o interioridades de quien buscan su elección a cargos públicos, si la fundamentan en hechos reales posibilitan conocer a fondo a los candidatos.

El programa de gobierno no es más que promesas y se convierte en publicidad engañosa para ocultar el conocimiento de la realidad y crear ilusiones.

Concentrar una elección en el discurso propagandística y no en el conocimiento de los candidatos, es hacer recaer todo en quien haga más promesas, realizables o no, a cargo del mejor equipo propagandístico y los medios para ello.

Ya lo dijo el novelista británico George Orwell (rebelión en la granja 1984): en nuestra época, los discursos y escritos políticos son en mayor parte, la defensa de lo indefendible.

Bueno eso es todo por hoy, pero tranquilos que el próximo jueves habrá más.


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