Opinión - 21/8/13 - 11:11 PM

Infiernillo político

Bueno, bueno, el caos vehicular, la supuesta falta de estacionamientos, los tranques y el pésimo servicio de transporte público estresan a los panas. Por cierto que la

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Ramón Jiménez Vélez / Analista Político

Bueno, bueno, el caos vehicular, la supuesta falta de estacionamientos, los tranques y el pésimo servicio de transporte público estresan a los panas. Por cierto que la entrada a las mismas vías públicas de cien nuevos autos cada día, no ayuda a resolver la congestión y la edificación de nuevas barriadas a las cuales se accede por una sola vía, irrita a conductores y pasajeros.

De paso, la falta de estacionamientos gratuitos hace que los automovilistas utilicen aceras, islotes y calles como tales, ya que buscan donde dejar los vehículos sin pagar por ello.

Las impericias al conducir son notorias al estacionarse, ya que en la mayoría de los casos se trepan en las aceras y obstaculizan entradas de garajes privados, cuando no se estacionan en ellos sin tener derecho.

Hablando de esto, vemos cómo se estacionan en las áreas reservadas para discapacitados y algunos, luciendo el permiso para hacerlo, lo utilizan sin que vaya en el vehículo un discapacitado, como si la autorización fuera para el auto y no para la persona.

En cuanto a las aceras, estas parecieran ser hechas para estacionarse, por lo cual los peatones deben lanzarse a la calle con el peligro de ser arrollados por un automóvil.

Y si vas en auto y te detienes en una luz roja, quien esté en la vía transversal te tranca la salida y cuando vuelven a poner la luz verde no puedes pasar.

Igual que si vas a cruzar por la línea de seguridad y un auto viene alejado, si intentas ir a la otra acera, el conductor acelera y empieza a sonar el claxon para que corras o te arrolla.

Igual si en tu auto vas a entrar a otra vía, un auto que viene a lo lejos acelera y te avisa que no intentes salir o te colisiona.

Los llamados metrobuses hacen honra a la cuña “dale paso” porque ellos te lanzan su armatoste y mejor te haces a un lado.

Como los motorizados que te cruzan por delante, se meten entre dos vehículos, se trepan por las aceras o zigzaguean entre el tráfico vehicular. Claro que sin chaleco o casco que los identifique.

Pero todo esto sucede, pues no ves un solo inspector motorizado tratando de poner orden, aunque desfilaron todos por la Cinta Costera pidiendo respetar las leyes de Tránsito.

Como decía mi amigo José Salvador Muñoz: somos un país surrealista.

Bueno, eso es todo por hoy, pero tranquilos que el próximo jueves habrá más.


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