Infiernillo político

Bueno, bueno, mientras en el mundo financiero, a objeto de evitar operaciones ilícitas como el lavado de dinero, cada vez se exige conocer a los clientes, pareciera

Ramón Jiménez Vélez / Analista político

Bueno, bueno, mientras en el mundo financiero, a objeto de evitar operaciones ilícitas como el lavado de dinero, cada vez se exige conocer a los clientes, pareciera que en la esfera política la corriente es lo contrario, o sea, el desconocimiento por el votante de quienes aspiran a un cargo público vía electoral ¿o no?

Por cierto que los gremios empresariales, cultos religiosos y grupos denominados representantes de la denominada sociedad civil (pretendiendo integrar a los no miembros de partidos políticos que en nuestro país es la mitad de la población con derecho a voto) insisten en limitar la campaña política electoral a las propuestas de los candidatos, eliminando las llamadas campañas negativas o las denuncias sobre la personalidad de los aspirantes.

De paso se trata de confundir la información con la manipulación o la falsedad conocida como campaña sucia que es atribuirle a alguien algo que no es cierto o inventado.

Sin embargo, y lo he planteado en anteriores ocasiones, las propuestas electorales o planes de gobierno son en política, la oferta publicitaria para ganar adherentes.

En países como el nuestro, en donde las necesidades son muchas y es amplia la brecha entre quienes todo lo tienen y quienes carecen de todo, las ofertas electorales son invitación al paraíso sin ninguna real sustentación, elaboradas por los equipos de campaña buscando los elementos más deseados o las mayores necesidades de la población, para proponer resolverlas a cambio del voto.

Insistir en que no se denuncie, sino solo se proponga por parte de candidatos y partidos, es rehuir la responsabilidad por lo que se es en realidad.

Incluso un debate entre los candidatos, en el que cada cual se dedique a exponer su plan propagandístico sin una real discusión respeto de lo que alguien es resulta una ampliación de la publicidad de los aspirantes.

Además, esto deja abiertas las puertas para la campaña subversiva, a través de redes sociales y otros medios no controlables en los que la mentira, la difamación y la degradación reinan impunemente.

Quienes se oponen a exponerse públicamente tal cual son y debatir cuanto se diga sobre ellos, son temerosos de que el votante los conozca personalmente, como los accionistas que se esconden tras sociedades anónimas para realizar todo tipo de operaciones, a nombre de una privacidad encubridora.

El filósofo chino Confucio dijo: No me duele no ser conocido por los hombres, me duele no conocerlos.

Bueno, eso es todo por hoy, pero tranquilos que el próximo jueves habrá más.



Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.