Infiernillo político

Bueno, bueno, mientras los estrategas de las campañas presidenciales difunden sus mensajes publicitarios y más encuestas revelan un crecimiento en el voto de Mismito, un estancamiento del

Ramón Jiménez / Analista Político

Bueno, bueno, mientras los estrategas de las campañas presidenciales difunden sus mensajes publicitarios y más encuestas revelan un crecimiento en el voto de Mismito, un estancamiento del Ñame Seco y una caída libre del Bin Bin troyano, pareciera que el torneo electoral gira alrededor de la figura del 99, quien mantiene su alto nivel de popularidad.

Por cierto, más allá de los tradicionales medios de comunicación (los periódicos, la radio y la televisión), el impacto entre las personas pareciera radicar en el novel medio de redes sociales y, sobre todo, en el tuiteo.

De paso, independientemente de lo que digan las redes tradicionales, al final la gente está pendiente de lo que tuitea, especialmente el 99, ¿o no?

Incluso el periódico (¿cubanoide?) de Florida destacando que los seguidores del 99 no son tales, sino un grupito, nota ilógicamente rebotada por redes locales (que se ufanan precisamente de volar con sus seguidores en redes sociales), pareciera no haber calado, porque podemos decir ahora eso cuando se define que el Papa Pancho tiene 10 millones de seguidores. ¡Que son los mismos repetidores!

Porque acá, en el caso del tuiteo del 99, haber escrito que unas “despechadas” estaban hablando mal de él y mandarles besitos les resultó más impactante que la huelga médica, aunque aún nadie ha aclarado si el término despechada es un insulto.

Se trata de féminas políticas de oposición que a cada rato despotrican e insultan al 99, a su partido y a su gobierno.

O sea que, tal y como lo he pronosticado, son las redes sociales las que marcan el ritmo de la campaña electoral.

Medios de comunicación fuera del control de los tribunalicios electoreros.

Y ni hablar del pacto ético electorero, desacreditado por la propia Sociedad Interamericana de Prensa, por su sanción “moral” a un medio escrito por una nota sobre la vida personal del diputado aspirante a la alcaldía (quien va de tercero en las encuestas) y no haber antes citado al medio para su descargo, en una forma inquisidora que obligó al arzobispo católico monseñor Ulloa a declarar que la Iglesia no tenía vela en ese asunto.

Y eso que aún no han entrado a la palestra los “suntractosos” del FAD.

Bueno, eso es todo por hoy, pero tranquilos, que el próximo jueves habrá más.



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