Infiernillo político
Bueno, bueno, finalmente los partidos políticos y otros sectores (incluyendo medios de comunicación masiva) se han adherido al llamado Pacto Ético Electoral, un documento bendecido por la
Bueno, bueno, finalmente los partidos políticos y otros sectores (incluyendo medios de comunicación masiva) se han adherido al llamado Pacto Ético Electoral, un documento bendecido por la Iglesia, según el cual, la campaña electoral será sin violencia verbal ni confrontaciones y solo con las propuestas que candidatos y partidos ofrecen a los electores.
Por cierto que ello en medio de mutuas acusaciones de ataques a las personas (candidatos, dirigentes, e incluso sus familiares) al punto de que el obispo Lacunza ha dicho que el Pacto Ético por sí solo no sirve si no se cumple por todos, desde los dirigentes, activistas, simpatizantes y patrocinadores.
De paso, en un país donde son claras las necesidades y lo que quiere la gente: las propuestas electorales (o planes de gobierno) no son tan diferentes entre los aspirantes, ya sea del gobierno u oposición, por lo cual para establecer diferencias entre ellos deben descalificar al adversario, exponiendo sus debilidades, o sea, confrontándolos (inepto, autoritario, mentiroso y todo tipo de calificativo negativo).
Porque el lenguaje político es doble dado que la política es palabras distintas de acuerdo con el público a quien va dirigida, el momento y la intención. Es una palabra capaz de activar a la gente (o manipularla) con el objeto de ganar por cuanto obliga a emplear el lenguaje que garantice el triunfe.
La política no es pasiva, es una guerra cuya arma es precisamente la palabra, o sea que no importa el sentido de esta (que puede ser subliminal), sino el efecto favorable o esclarecedor o combativo. Debe penetrar, influir en los electores.
La política es 1) ataques (agresiva) 2) conjuras (acusadora); 3) plegarias (promesas) 4) ensalmos (autoelogio) y 5) tranquilizadora (comprensivas).
Por ello, independientemente de los discursos, la publicidad, los mensajes y las arengas, las palabras efectivas son transmitidas por medio de redes sociales o grupos encubiertos en los que se dificulta su detección.
Esto se caracteriza por un monólogo (no hay retroalimentación) y no por un diálogo. Es la utilización de un medio que, siendo masivo, le llega a cada receptor individualmente.
El genial Shakespeare escribió: los puñales, cuando no están en las manos, están en las palabras.
Bueno, eso es todo por hoy, pero tranquilos, que el próximo jueves habrá más.