Infiernillo político
Por: Ramón Jiménez Vélez Analista Político -
Bueno, bueno, la brutal y programada violencia organizada por encapuchados, varones y féminas, en planteles escolares evidencia varios aspectos del desnivel de la educación en el país; la inseguridad que nos aprisiona; el juego de las autoridades por desviar la atención pública sobre acuciantes problemas nacionales, y la irresponsabilidad ciudadana al desatenderse de los hechos bajo el criterio de que ello no le va a suceder.
Por cierto que el ataque premeditado y alevoso de un grupo de jóvenes (varones y féminas) embozados que lesionan seriamente a un docente y estudiantes comprueba la maldad anidada en sus perpetradores.
De paso, es obvio que no se trata (como pareciese quieren hacer ver las autoridades) de eventos imprevistos y aislados, pues los atacantes van provistos de máscaras, lo cual concreta la premeditación, pues van dispuestos a ocultar su identidad cubriendo el rostro.
Además el reto en el que un encapuchado lanza un objeto encendido en un tanque donde había bombas molotov que hicieron explosión hiriendo con severas quemaduras a un profesor y estudiantes, hoy llenos de pánico, revela que el sujeto sabía perfectamente lo que allí había y procedió a cumplir con la agresión que habían previamente tramado.
No se trata de exaltaciones juveniles ni protestas por situaciones reivindicativas, sino de un mero acto criminal que escapa del tratamiento de investigación del centro educativo, de una violación de la ley y comisión de un grave delito el cual debe ser investigado judicialmente, como bien ha comprendido la ministra de Educación que bastase el caso al Ministerio Público.
La ineptitud de los programas gubernamentales de seguridad son unas estadísticas manipuladas, son arrollados por la violencia callejera que ahora toma los planteles además de las redes sociales para lanzar amenazas al país, en una situación que lleva al punto de pensar que están abanicadas por el Gobierno.
Ya el asunto del pandillerismo (del cual se avala a las bandas del narcotráfico y la guerrilla) se relegó a un plano secundario, pues supuestamente, es una violencia que solo afectaba a las bandas criminales.
Ahora la violencia de los encapuchados vestidos de escolares es la nueva tónica de un país al cual saborea con la avalancha de corrupción, pero sin mejorarles sus niveles de vida.
El escritor italiano Antonio Graaf filósofo: la violencia no deja de tener cierto parentesco con el miedo.