Justicia o venganza

Justicia o venganza

Justicia o venganza

Por: José Raúl Mulino Exministro de Seguridad Pública -

Mi formación profesional me impide hablar de temas legales como si fuera lego en la materia. Debe pasar igual con los distintos profesionales cuando tienen que hablar de temas inherentes a su profesión. Pareciera elemental, pero no lo es.

Por cuatro años y medio, la venganza política ha sido norte gubernamental. Digan lo que quieran, pero la realidad muestra evidentes realidades que desdibujan cualquier atisbo de objetividad cuando se trata de hablar o analizar la gestión gubernamental anterior. Al punto que pareciera que los que somos CD, o trabajado en la administración simplemente no tenemos derechos, ni leyes, ni códigos, ni garantías. Desde periodistas, entrevistadores, conductores de programas mañaneros y dominicales, todos, sin excepción, han hecho de todo este tiempo un tribunal de justicia mediática en el que lo que vale son opiniones de enemigos políticos o de figuras que han ganado notoriedad por sus incesantes opiniones en redes o apareciendo hasta el cansancio en cuanta entrevista o programa exista. Creen saber de todo y opinan en concordancia. Hay quienes son las mismas referencias para todo dizque enarbolando la bandera de agrupaciones fantasmas que representan intereses claros de grupos que se han dedicado sin tregua a facturar a todo cuanto se relacione con Martinelli, su gobierno, su familia, etc. De un país en franco crecimiento, tenemos hoy un país en franco deterioro en todos los sentidos y, en vez de comprender que hacia donde vamos no presagia nada bueno, se continúa con la exacerbación de la historia como si el tiempo y los actores no hubiesen cambiado y decepcionado hasta sus mismos favorecedores.

Los que vivimos los tiempos de la posinvasión recordamos lo que fue el despertar democrático y las ansias de justicia y venganza. Vislumbro algo similar a partir de julio de 2019. El nuevo presidente, el que sea, encontrará un país descompuesto en todos los órdenes. Debe fijar su norte en gobernar para sacarlo a flote, dejar el pasado a un lado sin que ello represente impunidad; simplemente debe abandonar hacer de la venganza su bandera de gestión pública y dejar que la justicia actúe sin la manipulación burda con que se ha pretendido torcer en este quinquenio, previo el debido saneamiento de la misma estructura. Sin embargo, vislumbro un país enfrentado y sediento de venganza de parte de una representación variopinta de intereses a los que Varela y su entorno les pasó por encima cruzando líneas antes impensables. La selectividad de la justicia es innegable hasta en sectores pro Varela que no saben como tragarse su sapo. Pero eso debe cesar si pretendemos rescatar el país. Nunca antes se plantea la Reforma del Estado y la constituyente tan necesario como en el presente. O se abre el compás político y priva la madurez ciudadana o lo que viene será peor el remedio que la enfermedad.

Nadie ha dicho, por lo menos yo, que no se debía investigar, pero de allí a pretender "hacer justicia" a golpe de editoriales absurdos de ciertos medios o de opiniones sacadas de contexto para inventar procedimientos, o de plantear prácticamente que la defensa es indebida cuando no se es del grupo cuestionador, es abrir caminos paralelos peligrosos para cuando cambie el viento y se busque repetir precedentes que hoy fuerzan en contra de Martinelli y otros, pero que en seis meses llorarán para que se les respeten los mismos derechos y garantías que hoy presionan para burlar, sin respeto a jueces, leyes, códigos y principios rectores del derecho en todo tiempo.

El reto es gigante, pero el escenario que viene también lo será. La tentación de tirar a los de hoy al circo será inmenso, pero salvar al país de esa vorágine será de sabios y balanceados manejos del poder, buscando avanzar y rescatar, en vez de seguir retrocediendo y profundizando heridas. El 1 de julio de 2019 el "gobierno anterior" será el de Varela y su entorno con todas las bellezas y confesiones que se conocen y que, precisamente por encubrirlas ahora, serán plato fuerte mañana para desquitarse porque esa fue la manera de gobernar para satisfacer las gradas de enemigos que se sintieron con derecho a desconocer el derecho a todos los que ellos dijeron eran corruptos y malhechores. Se acabó el tiempo y se impone retomar la senda de la ley, la única que existe, y que el acceso a la misma no sea una gracia concedida, sino un ejercicio abierto para quienes lo invoquen.

Falta menos para el fin y falta mucho para el cambio necesario para rescatar al país. Si apostamos a seguir con la venganza, estamos próximos al enfrentamiento final. Si apostamos a mirar hacia adelante y servir mejores propósitos, podemos salir adelante. El reto del próximo gobierno será inmenso. O lo entienden o de nada habrá servido salir de Varela y su "sociedad civil" .

¡Mientras, el reloj sigue su marcha y cada día que pasa es uno menos de todos ellos allá!

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