La agresividad incontrolada pasa factura

Por: José Vicente Cobo Columnista -

A pesar de que la violencia de género llena a diario los titulares, existe otra violencia que está alcanzando desde hace unos años cuotas insospechadas, aquella que es perpetrada en muchos casos por jóvenes. Esa agresividad exacerbada se forma en los muchos pensamientos negativos que comienzan en la juventud, a los que ayuda el consumo de alcohol, juegos violentos de ordenador o deportes mediáticos, con todo esto se desarrollan pensamientos de lucha que no guían al joven hacia sí mismo, hacia valores éticos y morales elevados, todo lo contrario. Las imágenes de pelea que ha visto en la tele, las innumerables luchas y combates de sus juegos han programado errónea y negativamente al joven, llegando incluso a no saber lo que hace porque no es dueño de sí mismo.

Pocas veces pensamos que todo sucede por un motivo, es decir, que el agresor antes de actuar ha creado la agresión en su mundo de pensamientos. Las frustraciones y los enfados pueden, aparentemente, ser el detonante de un acto vandálico y violento, aunque seguro que antes del enfado, antes de la frustración, hubo un conjunto de pensamientos a los que no se puso freno en el momento adecuado, los que crecieron hasta dominar a la persona que los creó; en muchos casos, esto lleva a la agresión. Sin embargo, muchas personas, como medida de autocontrol, buscan alternativas que les ayuden a desfogar todo lo que llevan dentro: Muchos van al campo a cazar, otros buscan el consuelo en la sexualidad exagerada, otros participan de los grandes acontecimientos deportivos convertidos hoy día en verdaderos campos de batalla.

Estimado lector, aproveche este día y descubra su grado de agresividad en sí mismo: ¿está en paz con sus familiares y vecinos?, ¿se siente usted unido a sus compañeros de trabajo?, ¿ha acumulado durante años pensamientos de odio y de venganza?, ¿qué sucede cuando se altera y cuando de repente se da cuenta de que tiene pensamientos de desprecio hacia sus amigos, hacia su familia? Todos tenemos la posibilidad de cuestionarnos. Puede que sea algo incómodo, pero si no hacemos algo a tiempo, la agresividad sale al exterior y puede terminar haciendo daño a alguien, la mayoría de las veces, a las personas más cercanas. Analice sus pensamientos antes de que su agresividad se convierta en guerra o antes de que una enfermedad le ataque, ya que según la ley de siembra y cosecha, esto puede pasar. Ninguna energía se pierde y toda la rabia incontrolada, la enemistad de años, los celos y el odio, a la larga, pasan factura.

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