La muerte de Eduardo “Toti” White
Cada vez me convenzo más de que a la gran mayoría de los panameños les falta tiempo para educarse correctamente, por estar metido en universidades e institutos
Cada vez me convenzo más de que a la gran mayoría de los panameños les falta tiempo para educarse correctamente, por estar metido en universidades e institutos aprendiendo trampas y matraqueos, según ellos, para ser mejores que sus “papás”. Fieles ejemplos los tomo cada vez que le pregunto a cualquier letrado sobre alguno de los cientos de difuntos y desaparecidos que provocó el tenebroso “brazo armado” desde 1968, hasta su estrepitosa caída. Eduardo “Toty” White fue uno de los primeros que murió por causa natural ¡Claro!, después de una tanda de palos como cuentan le sucedió al poeta León A. Soto y al supuesto Camilo Manríquez, el de la canción de Rubén.
Toty White fue arnulfista y en su tiempo fue amigo de cárcel de Álvaro Menéndez Franco, Floyd Britton, Pedro Pereira, del poeta atómico Javier Hernández y de un etcétera grande de gente con principios. Toty vivió en sus últimos años en Sajalices y tenía trabajito en la ciudad de Panamá, cosa que lo obligaba a pasar todos los días mañana y tarde por el retén policiaco de la Mitra de La Chorrera. En las últimas elecciones que ganó el “Fufo”, cometió el gran error de vitorear al Führer por 10 días consecutivos cada vez que pasaba, pero al onceavo día de ese mandado efímero lo atraparon al primer grito de: ¡Viva el “fufo” carajo! (No sabía que lo habían “tumbao”). Lo metieron en una mazmorra y dice que cuando salió de allí murió a los pocos días.
Ojalá que algún día llegue a ser defensor del pueblo un descendiente del patriota Eduardo “Toty” White, para que al menos haga una romería desde el café Santana hasta la iglesia que está a unos pasos. Una romería anual de 15 minutos todos los 11 de octubre, pues afirmo que en el contexto panameño, la nación tiene una deuda pendiente al recuerdo de las víctimas y al dolor de sus familiares.