Opinión - 28/1/14 - 03:02 AM

Mi hogar en los Andes

(Canción cantada por Carlos Rey en audio y en video) Para muchos alrededor del mundo en 1970, quien la escribió, cantó y popularizó en inglés

Por: -

Hermano Pablo

(Canción cantada por Carlos Rey en audio y en video)

Para muchos alrededor del mundo en 1970, quien la escribió, cantó y popularizó en inglés fue el cantautor Paul Simon del famoso dúo Simon y Garfunkel. Pero fue el maestro peruano Daniel Alomía Robles quien compuso su melodía para una zarzuela dramática que se estrenó en 1913 en el teatro Mazzi de la Plaza Italia, en la ciudad de Lima. La zarzuela tuvo tal acogida que se presentó tres mil veces a lo largo de cinco años. La parte final del primer acto da inicio a la tonada musical de esta canción de amor tradicional de Jauja. De entre unas cuatro mil quinientas versiones producidas en todo el mundo y en varios idiomas, he aquí la versión de «El cóndor pasa» traducida de la letra quechua, de autor desconocido:

Oh, majestuoso Cóndor de los Andes,

llévame a mi hogar en los Andes, oh Cóndor.

Quiero volver a mi tierra querida

y vivir con mis hermanos incas,

que es lo que más añoro, oh Cóndor.

Espérame en Cuzco, en la plaza principal,

para que vayamos a pasearnos

a Machu Picchu y Huayna Picchu.

[¡Espérame en Cuzco, oh Cóndor!]

¡Con razón que esta canción folclórica, que en el año 2004 el Gobierno peruano declaró patrimonio cultural del Perú, haya ocupado el puesto número dieciocho en nuestra encuesta «Su canción popular favorita»! Bien merecido lo tenía tanto la canción como su compositor. Por eso en 2001, el Instituto Nacional de Cultura creó el Premio Nacional de Música «Daniel Alomía Robles». El premio se otorga cada 17 de julio con motivo del aniversario de la muerte de aquel artista huanuqueño, «decano de la música peruana», que compuso seiscientas obras y recopiló más de ochocientas en total.

Pero ¿qué del autor desconocido de la letra quechua de «El cóndor pasa»? Sin duda, él se hubiera podido identificar plenamente con el salmista David, que también se enfrentó a enemigos gigantes e insospechados con los más altos rangos militares. Y sin duda, al añorar los cerros de Machu Picchu y Huayna Picchu en su tierra querida, hubiera deseado poder valerse del poder del Dios de David, que libró a David del rey Saúl y de todos sus enemigos, por lo que David le dedicó los siguientes versos de la canción que compuso:

El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador;

es mi Dios, el peñasco en que me refugio.

Es mi escudo, el poder que me salva,

¡mi más alto escondite!


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