“No hagas leña del árbol caído”

Por: Julio César Caicedo Mendieta / Periodista -

En un país bendecido como Panamá , pese a que su nombre ha sido sinónimo de robo desde los tiempos del imperio Francés, nadie debe alegrarse por la desgracia de los “pelaos” ”Quique” y “Ricky” Martinelli ni de ningún otro rico o pobre, claro, sin dejar de alegar que se devuelva lo tomado de las arcas y más bien cuídarse cada uno porque también podemos ser tentados y caer en pecaminosos periódicos de abundante material impreso a veces en papel higiénico influenciados por el odio, la política y la suma virtual de varios pecados capitales.

El dicho “ No hagas leña de árbol caído” es un dicho que escuché en los tiempos en que los únicos libros que había en la colonia de Villa Rosario Capira, eran una Biblia con tapas de cuero y el código civil Colombiano, de allí un viejo Tonosieño fumador de pipa y tabaco virginio nos atrapaba con sus lecturas regalando pedacitos de raspadura y, recuerdo que insinuaba que los sorprendidos en pecado había que restaurarlos jamás burlarse ni alegrarse de mal ajeno alguno.

Y recordando al viejo lector Tonosieño en la lluviosa mañana del 07/07/2020 recibí un escarmiento, pues al ver en el noticiero vespertino de televisión la noticia sobre Quique y Ricky, hasta dije: Bien hecho…¿Y que me pasó media hora después?, que me tocó pasar frente al tranquero de la finca de unos viejecitos humildes y octogenarios, que todo mundo sabe en los llanos y montañas coclesanas que se lo pasan rezando diariamente por la humanidad. Los ancianitos que casi estaban abrazados me llamaron con señas para dejarme admirado y contagiado del pesar y la tristeza reflejada en ellos al pedirme que si era padre de familia implorase mucho para que no sufrieran los muchachos en tierra ajena. ¿Qué muchachos? __Ud. no sabe pues lo de Quique y su hermano Ricky Martinelli_. (Esos ancianos no conocen ni al expresidente, ni a quique ni Ricky ni de sus problemas y menos de otros panameños conspícuos que también suben y bajan escalones juridicos). Pero principalmente la abuelita me miró con una profundidad eterno que tengo dos hijos de las mismas edades que Ricky y Quique.

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