Ojo al SIDA
Advertíamos ayer de las nefastas consecuencias que las conductas desenfrenadas en Carnaval traen a la vida la familia panameña.
Hoy queremos hacer especial énfasis en los resultados que traen la promiscuidad sexual y los apetitos eróticos que se desatan en esta época de farsa y alegría, pero que algunos llevan a más allá de los sanos límites del placer.
Nos referimos a las cifras de contagiados por el virus que causa el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), que desde 1984, cuando se detectó el primer caso, viene creciendo en forma exponencial.
Destacamos la labor de organizaciones como Probidsida, el Ministerio de Salud y otras, que en estos días inician campañas muy bien intencionadas, haciendo llamado a los panameños a que tengan conductas sexuales responsables.
Repartición de preservativos, cuñas radiofónicas, folletos explicativos, son parte de estas campañas contra el SIDA que año tras año toman fuerza en medio de la farsa del Carnaval.
Ojalá que no caigan en saco roto las advertencias y que los panameños tomemos conciencia de este flagelo que está afectando la vida de muchos, llevando dolor y luto al seno de la familia panameña, y que ocasiona una onerosa erogación al Estado, que debe pagar por los insumos médicos para los que ya padecen el síndrome.
En estas fiestas, mantengamos conductas sexuales responsables, gocemos en pareja y no hagamos del natural placer erótico, un desenfreno moralmente censurable.