Pandora

Por: Por: Aquilino Ortega Luna Periodista -

Sorprendente, el número de escándalos y chismes que salen a diario sobre el manejo de la Cosa Pública.

Blue Apple, Odebretch, Panama Papers y ahora el manejo de los fondos asignados a los gobiernos locales, por parte de funcionarios de elección popular, son sucesos que han manchado la reputación nacional e internacional del país.

Toda esta maraña de situaciones irregulares, han provocado una disimulada confrontación, entre los Organos Ejecutivo, Legislativo y Judicial, que amenaza con trascender a niveles inimaginables.

Hace poco, el propio presidente Juan Carlos Varela, "rofió" a un grupito de diputados a los que responsabilizó del "caos" existente en la Comisión de Credenciales de Cámara.

Varela falló con las designaciones de Moore y Tovar y el costo político ha sido enorme. Varela intenta blindarse con magistrados "Yes Man" y evitar en el futuro, una eventual persecución legal y política.

La credibilidad del actual Jefe del Ejecutivo, se mantiene en cuidados intensivos.

El divorcio simultáneo del Partido Panameñista, de los diputados "piardis" y del "disco rayado", con la respectiva separación de bienes, fue un golpe duro a las intenciones de Varela de ejercer control absoluto sobre los tres poderes del Estado.

Ayú Padro, guarda silencio, por conveniencia o por ordenanza. Mientras, la presidenta del Parlamento Yanibel Abrego, reclama con auutoridad, que se respete la separación e independencia, de los poderes del Estado.

En el interín, el ex presidente, Ernesto Pérez Balladares en un acto sorpresivo, marca su espacio político y retira su Cepaden, como diciendo "soy igual a todos, un panameño más".

Las "boletas fraudulentas" en la ATTT, le explotan en la cara al administrador, al que el puesto le ha quedado grande.

El conductor de la ATTT, riposta, destinando un ejército de inspectores a intensos operativos en las calles, buscando justificar las "Infracciones fraudulentas".

A lo lejos, Beteta y Saenz Llorenz publicitan su "odio africano", contra los cristianos y los periodistas.

Lo cierto es que ni el presidente Varela ni los diputados han evaluado lo delicada de la situación de la guerra, entre los poderes del Estado. Estamos al borde del precipicio a punto de un colapso. Caminamos en medio de los políticos tradicionales, de esos que solo esperan de nosotros el voto, para luego empujarnos al vacío.

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