Peregrino

Por: Por Milcíades Ortiz Catedrático -

Dijo el Loco que ni con los chinos este gobierno va a conseguir los votos para seguir en el poder. Afirmó el Panameñista que el Loco está envidioso porque “nosotros vamos a hacer más que el gobierno anterior: ya tenemos otro metro, comenzará un nuevo puente en el Canal y dejaremos listo los planes del tren hasta Chiriquí”. Gritó el Universitario que añadan la destrucción de miles de árboles a orillas del Canal y en la vía hacia Arraiján. Murmuró el Cholito Mesero del viejo café de Santana que esa mañana la mesa bochinchosa estaba caliente, a pesar de que dentro de semanas viene el papa.

Indicó el Civilista que ojalá no tiren en Cerro Patacón las antiguas campanas de la Catedral. Para el del PRD, a la basura deberían de echar un poco de malos funcionarios. “Figúrense que pronto vendrán miles de peregrinos y las calles están llenas de basura, asaltan y matan a cualquiera, y la economía no ha mejorado con estas fiestas”. Entonces, el bellaco mesero hizo el gran anuncio: ¡yo seré peregrino!

Sugirió el Comunista (ñángara trasnochado) que si los peregrinos dieran una hora de su visita para recoger la basura en calles y playas, la ciudad quedaría brillante. Afirmó el Comerciante que ojalá con esa Jornada entre mucha plata al país porque la situación sigue dura. Explicó el Político que si hubieran dejado que se hiciera política desde ahora, habría mucho dinero circulando por el país. Por su parte, el Asimilado (amigo de todos los gobiernos) comentó que miles de funcionarios desde ahora están temblando, porque al cambiar el gobierno lo más seguro es que los boten. Nadie hizo caso a este comentario.

El Universitario señaló que menos mal que les pondrán vacunas a todos los peregrinos y la gente que los reciba. Así no podrán llegar enfermedades raras a Panamá… En ese momento el famoso Cholito Mesero pidió que no hablarán mal de los peregrinos porque él iba a ser uno de ellos. Se rieron varios en la mesa bochinchosa. Informó el Cholito que “ser peregrino sería lo máximo para él. Por una semana tendré gratis los tres golpes de comida al día. Dormiré en un lugar mejor que el rincón de mi casa. Y andaré paseando gratis en tren y bus por todos lados, y no escucharé los bochinches de ustedes, y hasta veré al papa. ¡Qué más puedo pedirle a la vida!”. Algunos bochinchosos se quedaron con la boca abierta… (Cuidado que varios peregrinos se quedan aquí).

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