Quejas por servicios funerarios

Por: Por: Abilio Abel González López Comunicador social -

Revisando la herramienta para conocer las quejas presentadas por los consumidores ante la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco) y que se encuentra disponible en la página web de esta institución, mediante el Tablero de Quejas, se visualizan los tipos de actividades con la cantidad de casos, entre las que se destacan inmobiliarias, celulares, ventas de electrodomésticos, agencias de autos, almacenes, funerarias y otros 56 negocios más, en el primer trimestre del presente año.

Asimismo, se pueden observar los nombres de las empresas querelladas. Por ejemplo, en el caso de las inmobiliarias o promotoras de viviendas, hay una lista de 125. En las quejas de celulares, la lista es de 79 agentes económicos. O sea, en este Tablero de Quejas se pueden explorar casos específicos e incluso se pueden ver desde el año 2006 hasta el presente.

De los datos de esta herramienta de consulta, nos llamaron mucho la atención las 42 quejas que tiene en este año una empresa dedicada a la prestación de servicios funerarios y la mayoría es por falta de información. Solo el año pasado, la misma registró 295 reclamos. Al respecto, tuvimos conocimiento de un consumidor que llegaba apresurado a su trabajo y fue abordado antes por una vendedora que le presentó una encuesta, él le dijo que no estaba interesado, pero ella le solicitó firmar un documento con “fines estadísticos de constancia de su labor” y sin ningún compromiso, a lo que accedió el consumidor, sin sospechar nada malo de parte de la joven.

Después de un mes del suceso, este consumidor recibió un sorpresivo descuento en su salario quincenal; sorprendido, se dirige a la planilla de su compañía, en donde le informan que el mismo era por un contrato de servicio funerario. El enojado “comprador” acudió a la empresa respectiva, donde exigió explicaciones y que le mostraran el supuesto contrato, el cual estaba prácticamente en blanco y sin los beneficiarios de este servicio, solo con la firma del consumidor. También le señalaron que este descuento aplicaba por 4 años y que era imposible eliminarlo.

Lo sorprendente fue que en el mismo lugar de trabajo de este consumidor, varios de sus compañeros presentaban procesos iguales contra esta empresa. Todos ellos, al ver que no les daban solución, acudieron a la Acodeco para las investigaciones respectivas, ya que el “modus operandi” era parecido en todos los casos. Por lo que reiteramos que nunca se firme un documento con espacios en blanco y sin antes estar seguro de lo que tiene en sus manos.

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