Salvat

Era un anciano delgado y lleno de energía. Vino de España buscando mejores días en este país. Enseñaba en el Instituto Nacional una de las materias

Milcíades Ortiz / Milcíades Ortiz

Era un anciano delgado y lleno de energía. Vino de España buscando mejores días en este país. Enseñaba en el Instituto Nacional una de las materias que menos interesaba a los alumnos. Pero había que tomarla para graduarse. Este personaje comprendía que no podía convertir en físicos a la mayoría de sus estudiantes. El primer día advertía: "Yo no fracaso a nadie... porque la vida se encargará de hacerlo más adelante".

Se hizo famoso por ser un "profesor suave". Otros docentes de materias científicas no eran así. Uno de Química fue el "cuco" de los futuros "aguiluchos". Tanto exigía que soportó una huelga que le organizamos. Al final intervino el Ministerio y se logró un acuerdo. Muchos pasaron con nota mínima la "odiada" materia. Algunos quemamos nuestros costosos libros frente a su salón luego de hacer el examen final...

Centenares de estudiantes de varias generaciones del Instituto Nacional recuerdan al profesor Salvat por esa frase. Aunque haya pasado más de medio siglo y ya no existe el destacado educador, la vida viene siendo "el último diploma" de cualquier profesión. Significa que en las aulas podemos aprender mucho, pero serán teoría o experiencias vividas por otros.

Ahora que inicia otro año escolar es mejor que se oriente bien a todos los alumnos, no importa su nivel. Cuando un joven fracasa significa que el país pierde miles de balboas de nuestros impuestos. A pesar de que existan los cursos de "rehabilitación", todos los años miles de estudiantes fracasan por diversas razones. El asunto no es regalar notas para que el desaplicado "siga" y salga de los centros educativos. Malos estudiantes serán profesionales mediocres que afectarán el desarrollo de este país.

Es triste que haya niños y jóvenes con talento y ganas de estudiar, pero no tienen recursos suficientes. Las becas y ayudas del Estado son bienvenidas, pero que las reciban quienes sí las necesitan y hagan esfuerzos por ser buenos alumnos. He dicho varias veces que hay que tener control sobre situaciones de fracasos. Con cursos de afianzamiento mejorará el rendimiento del escolar. No entiendo cómo pueden haber estudiantes con más de cinco materias fracasadas y nadie se preocupe por evitarlo.

Por esta falla no hay huelgas...



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