¡Se me quita el sombrero!

Ahora en el Banco Nacional, donde uno Como van las cosas en este mundo de regueseros, drogadictos y piedreros ya no me atrevo ni a

Julio César Caicedo Mendieta / Julio César Caicedo Mendieta

Ahora en el Banco Nacional, donde uno

Como van las cosas en este mundo de regueseros, drogadictos y piedreros ya no me atrevo ni a dar señas de: Admiración, cariño o respeto con un movimiento de cualquiera de mis sesenta sombreros por el riesgo de recibir una ofensa ante la excelsa señal de cultura. Ahora que estoy en el programa radial “quédate en Coclé” voy a comenzar una campaña para que el sombrero de Panamá, ya sea el de chonta, bejuco, pita o los que hacen en países hermanos que para poder venderse tienen que llevar el nombre de Panamá, ocupen su lugar. Acá en la “tierra de los cholos” (libro de Chinchorro Carles), debemos poner en vigencia un reglamento a los que compren en nuestros negocios. Todo turista que lleve un sombrero típico o “Panamá hat”, tendrá una rebaja especial, más un quequi con mieles de Pocrí. Yo estoy casi seguro de que ese reglamento de quitarle el sombrero a uno a la entrada del Banco Nacional la impuso como siempre un extranjero de esos que siempre cuelan los gobiernos. Todavía maldigo el día en que el “Toro” nombró jefe de policía a un cubano que los gringos cambiaron por cajas de mejoral. Sigan denigrando nuestras costumbres, que ya tenemos en Coclé: “La ruta del sombrero pintao”.



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