Opinión - 03/3/14 - 10:22 PM

‘Toda mi esperanza’

La interpretó el grupo Mocedades, que representó a España en el Festival de la Canción de Eurovisión de 1973, celebrado en Luxemburgo, y ocupó el segundo lugar.

Por: - Lunes 03 de Marzo de 2014 10:22 PM

Hermano Pablo

La interpretó el grupo Mocedades, que representó a España en el Festival de la Canción de Eurovisión de 1973, celebrado en Luxemburgo, y ocupó el segundo lugar. Llegó a ser tan popular en Europa, Latinoamérica y los Estados Unidos, que en este último país, donde se produjeron varias versiones, fue la número nueve en el Hot Billboard 100, se vendieron más de un millón de discos y su autor, Juan Carlos Calderón, recibió el prestigioso premio Ascap. A nivel internacional se produjeron más de cien versiones de ella, tanto en español y vasco como en inglés, francés, italiano, alemán, danés y sueco.

En el año 2005, la Unión Europea de Radiodifusión convocó a votación por internet para seleccionar las mejores canciones en los cincuenta años de historia del festival, y fue elegida como una de las catorce finalistas. Se trata de la canción “Eres tú”, que en nuestra encuesta “Su canción popular favorita” ocupó el puesto número trece:

Como una promesa eres tú, eres tú;

como una mañana de verano.

Como una sonrisa eres tú, eres tú:

Así, así eres tú.

Toda mi esperanza eres tú, eres tú;

como lluvia fresca en mis manos.

Como fuerte brisa, eres tú, eres tú:

Así, así eres tú.

Eres tú como el agua de mi fuente;

eres tú el fuego de mi hogar.

Eres tú como el fuego de mi hoguera;

eres tú el trigo de mi pan.

Como mi poema eres tú, eres tú;

como una guitarra en la noche.

Todo mi horizonte eres tú, eres tú:

Así, así eres tú.

¿Quién no quisiera que se le dedicara una canción con semejantes palabras de aprecio y devoción? Pero si somos capaces de loar así a un simple mortal, ¿no debiéramos acaso, con mayor razón, alabar a Dios nuestro Señor como lo hace el salmista de Israel en el siguiente pasaje?

¿Quién como tú, oh Dios?...

Tú eres mi roca, mi fortaleza.

Tú, soberano Señor, has sido mi esperanza;

... tú eres mi refugio inconmovible.

Mi boca rebosa de alabanzas a tu nombre,

y todo el día proclama tu grandeza.