Tragedia del Bus 8B-06
Ayer se conmemoraron siete años de la tragedia que cobró la vida a 18 panameños que murieron calcinados a bordo del autobús 8B-06.
Ayer se conmemoraron siete años de la tragedia que cobró la vida a 18 panameños que murieron calcinados a bordo del autobús 8B-06. Hubo oraciones, misas y actos en el sector de La Cresta.
Las investigaciones concluyeron con una condena de 40 meses de prisión tanto para el conductor como al dueño del transporte público.
Sin embargo, la responsabilidad no es sólo del chofer y el dueño. Fue un fracaso de todo un sistema de transporte y de las autoridades designadas para vigilar la operación de las líneas de autobuses.
Siete años después, se avanza en modernizar el transporte. En todas las rutas ya opera el nuevo sistema del metrobús, se completan las zonas pagas y a fin de año debe operar el Metro.
Todo indica que ahora sí vendrá la transformación del transporte, pero el asunto no es sólo máquinas o equipos. Lo más importante es el cambio de mentalidad de los que están al control del volante en el nuevo sistema, de los usuarios y de los responsables de vigilar su adecuada operación.
También se requiere una Autoridad de Tránsito y Transporte Terrestre más proactiva y que se exija a la prestataria mejorar la frecuencia del servicio del metrobús en las horas pico para que los panameños humildes no deban esperar horas para transportarse a sus destinos.
Ojalá que un hecho como el ocurrido el 23 de octubre del 2006 nunca se vuelva a repetir.