Tres años de mandato

Por: Redacción -

El mandatario Ricardo Martinelli arriba hoy a su tercer año de gestión. Conforme se acerca el fin de su gobierno la oposición arrecia sus ataques y lo confronta cada día sin darle respiro.

Martinelli durante sus primeros 36 meses de gobierno abrió diversos frentes y ahora sus adversarios se agrupan y contragolpean.

No hay que desmeritar los logros económicos y sociales de la actual administración.

Panamá es una de las mejores economías del mundo, goza de grado de inversión, logró Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, salió de las listas grises de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), desarrolla ambiciosos proyectos carreteros, construye una nueva Ciudad Hospital, cambió el sistema de transporte público, avanza en la construcción del Metro y en el saneamiento de la bahía; otorga becas universales, computadoras portátiles y libros a los estudiantes, entrega $100 a adultos mayores sin jubilación y cobra más impuestos a sectores que eran vacas sagradas en materia tributaria.

Sin embargo, en algún momento Martinelli perdió es "click" y conexión natural que lo distinguió en la campaña electoral y su administración ha fallado al momento de impulsar proyectos sin la debida consulta, lo que lo ha llevado de revocar sus acciones tras la presión de movilizaciones y allí están los ejemplos de las leyes chorizo, las de minería, Sala 5ta. y la venta de acciones estatales de las empresas eléctricas y en la telefónica.

La ruptura con sus aliados del Panameñismo favoreció la reciente alianza de éstos con el PRD, que a pesar de ser como agua y aceite, mancomunan esfuerzos para magnificar cualquier error de Martinelli y maniatar la acción de gobierno.

Así las cosas lo que viene de aquí en adelante es un mayor accionar político por la cercanía de la campaña electoral. Aunque se hagan esfuerzos por fomentar un diálogo nacional, es probable que no prospere, porque no hay voluntad de las partes.

Martinelli tendrá que dedicarse a cumplir lo que prometió, dejar a un lado la confrontación y que su trabajo hable por él. Su mejor opción es tratar de conectar nuevamente con los sectores populares, sacudirse de un poco de lastre y bajar a las masas, porque los pueblos son sabios y allí podrá encontrar los mejores consejos.



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