Un futuro y una esperanza
Su cantautor argentino ya había grabado cinco álbumes que le habían merecido varios discos de platino, y varios de sus temas habían triunfado; pero fue esta canción
Su cantautor argentino ya había grabado cinco álbumes que le habían merecido varios discos de platino, y varios de sus temas habían triunfado; pero fue esta canción en el año 2001 la que revolucionó su carrera y lo lanzó a la fama internacional.
Posteriormente ganó el premio «Mejor video clip» MTV elegido por el público; su autor la cantó para un millón de personas en un concierto especial para el papa Juan Pablo II; y fue elegida espontáneamente en todas las escuelas de Argentina como un mensaje de esperanza para la familia y como segundo himno en todas las fiestas patrias, y elegida ese trágico 11 de septiembre como un mensaje de paz y esperanza en las radioemisoras de toda América. Se trata de «Color esperanza» de Diego Torres, que ocupó el puesto número diez en nuestra encuesta «Su canción popular favorita»:
Sé que hay en tus ojos, con solo mirar,
que estás cansado de andar y de andar,
y caminar girando siempre en un lugar.
Sé que las ventanas se pueden abrir.
Cambiar el aire depende de ti;
te ayudará, vale la pena una vez más.
Saber que se puede, querer que se pueda,
quitarse los miedos, sacarlos afuera,
pintarse la cara color esperanza,
tentar al futuro con el corazón.
Es mejor perderse que nunca embarcar,
mejor tentarse a dejar de intentar,
aunque ya ves que no es tan fácil empezar.
Sé que lo imposible se puede lograr,
que la tristeza algún día se irá,
y así será. La vida cambia y cambiará.
Sentirás que el alma vuela
por cantar una vez más.
Vale más poder brillar
que solo buscar ver el sol.
Saber que se puede, querer que se pueda,
quitarse los miedos, sacarlos afuera,
pintarse la cara color esperanza,
tentar al futuro con el corazón.
Lamentablemente, mientras Diego triunfaba en todas partes con «Color Esperanza», su madre, la popular cantante y actriz Lolita Torres, fallecía tras una larga enfermedad. «Sufrí mucho —comentó Diego al respecto—. Pero también me di cuenta de lo que amo.... y [de] que [mi] oficio... es un don que Dios me ha dado». Lo cierto es que así como Diego reconoció en medio de su dolor la verdad bíblica de que todo don perfecto viene de Dios, bien pudo él mismo haberse pintado la cara color esperanza reconociendo también que Dios tiene planes de bienestar y no de calamidad para cada uno de nosotros, a fin de darnos un futuro y una esperanza.