Una décima a mi bandera
Sería capaz de morir
¡Oh! bandera difamada,
crasa invasión tramada
solo para poder vivir.
Hoy podría yo explicar,
está vigente mi lucha
voy por ti y me escucha,
choco por mi casta india
de sangre que cuaja digna,
sin excusa para militar.
Bandera te he perdido
de verdad no hay excusa,
el derecho a la lucha
eso nunca he temido;
mientras el rubio erguido
es fuente de intervención
eso aumenta mi moción
¡OH... tú, oh bandera mía!
o de noche o de día
siempre seré aguerrido.
Lloro si te veo llorar,
pues sé que me perteneces
sabiendo de que mereces
espacios para recordar.
Mi lucha hoy voy a clamar
que resuelle tantas veces,
por tu lágrima que crece
por cada riña que salga
o cada intruso que caiga
hasta la pena ya cesar.
Sufro al verte sollozar
retornar casi ilusa
de una mano intrusa,
que me hace reclamar.
Hoy no quiero más batallar,
con mi letra y salomas
la libertad se asoma,
hay zozobra no te miento,
tu llanto tiro al viento
para senderos recobrar.
¡OH... tú, oh bandera mía!
estás ahí vigilante
en tu asta muy flameante
en un cerro yo diría;
luciente noche y día
viendo que falte apenas,
para no sentir más pena,
secar de sangre mi mano,
cielo sobrio de verano.
Oh, gringo de sombra fría.
Pág. 2 "Una Décima a mi Bandera"
Autor: Giovanni Niedda Alvarado
Quiero llevarte cuan culta
arriba de un cerro nuevo,
y por eso yo me muero
cuando lágrimas insulsas
te hagan gritar tan pulcra
al viento y mi poesía,
y adviertas cuan impía
que cada estrella vibre,
que tú serás la más libre
entre mil banderas juntas.