Vivir dignamente
O bservar el Metro de Panamá cuando se desliza por los rieles en su periodo de prueba aflora una mezcla de sentimientos; se trata de un
O bservar el Metro de Panamá cuando se desliza por los rieles en su periodo de prueba aflora una mezcla de sentimientos; se trata de un megaproyecto que va a mejorar la calidad de vida de miles de panameños que hacen uso del transporte colectivo. El inicio de este servicio de transporte es esperado por muchos pasajeros, quienes guardan la esperanza de que en minutos puedan trasladarse de un extremo a otro, y compartir más tiempo con su familia. Definitivamente que es una obra que va a ayudar en gran medida a los panameños, y que se proyecta a nivel internacional.
Pero yo me voy más allá, para hacer referencia a una necesidad urgente de los panameños, centrada en contar con una vivienda digna para compartir con su familia. Actualmente los precios de viviendas dignas se hacen inalcanzables para los nacionales, no así para los extranjeros que son los que se están beneficiando.
Un panameño, con gran esfuerzo se ajusta a un abono inicial mínimo exigido para separar una propiedad; mientras extranjeros con un monto superior o el doble, se hacen del mismo bien, dejando sin opción al nacional y afectando futuras transacciones de esta naturaleza, que puedan realizar nuestros compatriotas.
No se explica que a un nacional se le exijan tantos requisitos para aplicar por una propiedad, y a los extranjeros se les hace tan fácil comprar una vivienda. Definitivamente que el tratamiento no puede ni debe ser igual. Mi Panamá, el país de las oportunidades es una tierra de oportunidades para que los panameños vivan mejor.
Se hace necesario que en materia de vivienda, al panameño se le brinde un trato diferente al que se le da a los extranjeros; quizás esto implique revisar nuestra Carta Magna y regular la ley de vivienda, que considere, entre otros aspectos, un interés preferencial que le permita a los nacionales comprar una vivienda; de lo contrario, ese relevo generacional tendrá que vivir alquilado, a no ser que considere comprar en el sector este o el oeste del país, donde las hipotecas aún son asequibles; mientras la urbe metropolitana quedará exclusiva para extranjeros. Si se atiende con prioridad esta necesidad, que retome el equilibrio de otrora, se estará aportando hacia el logro de una mejor distribución de las riquezas, y por ende, de un mejor país.