Indígenas siguen vigilantes
No vamos a permitir que las familias indígenas y campesinas establecidas por décadas en las riberas del río Tabasará, en unas 10 comunidades, sean desalojadas e
No vamos a permitir que las familias indígenas y campesinas establecidas por décadas en las riberas del río Tabasará, en unas 10 comunidades, sean desalojadas e inundadas para dar paso el proyecto que se construye en el área de Barro Blanco en Tolé, en la provincia de Chiriquí, indicó Toribio García, dirigente y presidente del Congreso Regional de la comarca Ngäbe-Buglé.
Pese a que el anunciado desalojo de familias del área donde se realizará el embalse no se efectuó ayer lunes como se había previsto, grupos indígenas se mantienen en la zona vigilantes de cualquier movimiento que se produzca por parte de la empresa Generadora del Istmo (Genisa) y de la Autoridad de los Servicios Públicos (Asep).
Ricardo Miranda, dirigente del Movimiento 10 de Abril, indicó que ayer se mantuvo una tensa calma y, aunque las fuerzas antimotines se apostaron en Tolé desde tempranas horas de la mañana, no se produjo ningún tipo de enfrentamientos con los indígenas.
Afirmó García que los indígenas y campesinos en la comunidad de Quía se han concentrado desde la semana pasada para rechazar la medida de desalojo, pues son personas que no venden ni regalarán sus tierras para el proyecto hidroeléctrico de Barro Blanco.
De acuerdo con el presidente del Congreso Regional de la comarca, las familias que se ven afectadas no tienen a dónde ir y son humildes, por lo que apelan a las luchas que ellos puedan hacer para evitar que les inunden sus propiedades.
La semana pasada, en conferencia de prensa, Wilfredo Arias, jefe socioambiental y de seguridad de la empresa Genisa, señaló que el área donde se efectuará el embalse para la hidroeléctrica solo afectará a cinco propietarios de una extensión de 5.81 hectáreas que están en el área de incidencia y no a una gran cantidad de indígenas como ellos señalan.