Monumento histórico en el olvido

Por: Víctor Eliseo Rodríguez La Voz del Interior -

La iglesia colonial de San Francisco de La Montaña, declarada por ley en 1937 como monumento histórico nacional, actualmente acusa el descuido y la lentitud de las autoridades de gobierno para resolver los problemas estructurales que atraviesa una joya, cuyo patrimonio arquitectónico data de hace más de 300 años.

Y es que para sorpresa de los residentes del distrito de San Francisco de La Montaña, la Contraloría General de la República tiró para atrás la licitación ya adjudicada del proyecto de reparación del templo de este poblado a un costo de 25 mil dólares para repetir el proceso debido a inconsistencias detectadas en la empresa ganadora.

Pero, mientras ese proceso duerme el sueño eterno, las lluvias se intensifican y se afectan los altares tallados en madera al estilo barroco colonial, producto de la humedad, problema que desde finales del año pasado fue Agustín Palma, vocero de los residentes del distrito de San Francisco, quien cuestionó que por lo visto el Gobierno solo entiende con cierres de calles para agilizar los proyectos y, por ello, esta semana convocarán al pueblo para tomar una medida.

El dirigente dijo que ya le habían advertido al director del Inac que si en los próximos días no había respuesta, iban a trancar la carretera Santiago-San Francisco, en el puente sobre el río Santa María. Anteriormente, los residentes de San Francisco habían denunciado que ha pasado mucho tiempo y los altares de madera han estado expuestos a las filtraciones de agua por más de tres meses y eso puede provocar un daño.

"Es una lástima que a una joya colonial como pocas en Latinoamérica no se le preste la atención que merece y se tenga descuidada", puntualizó el especialista español en arte religioso José Pablo Cañete.

La historia reciente de la iglesia colonial de San Francisco de La Montaña siempre ha denotado poco interés de las autoridades, debido a que bajo la administración de la expresidenta Mireya Moscoso se contrató a una empresa que no estaba capacitada para reparar el templo y al meterle mano provocaron daños en los altares.

De allí, entre 2006 y 2007 se invirtieron 600 mil dólares para que la restauradora Ángela Camargo remozara los nueve altares de madera en dos fases, luego se tendría que haber ordenado un proyecto de mantenimiento de los trabajos, que desde entonces hasta hoy no se ha hecho.

Por ahora, mientras se deteriora la iglesia, José Augusto Broce, director regional del Inac en Veraguas, reconoció que a raíz de la decisión de la Contraloría el proceso tendrá que reiniciarse, para lo cual se espera que en esta semana se publique en el portal PanamáCompra la licitación nuevamente.

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