Dios salvó a infante de letrina
Hasta el padre lo cagó, pero Dios metió su mano y salvó de las garras de la muerte a Ángel Jesús, el infante que fue rescatado de una letrina en San Diego, Pacora, el pasado martes, explicó un policía.
La doctora que atendió al niño le dio ese nombre porque se trata de un ángel, dijo uno de los policías conmovido por el acontecimiento milagroso.
Cerca de 20 horas estuvo dentro de la letrina el niño, según los datos cronológicos confirmados por los testigos.
La supuesta madre, de 35 años y de origen indígena, fue retenida a las 11:00 p.m. Ella niega eso, pero el padre de cuatro de sus ocho hijos cree que sí es el bebé de ella.
Esa pareja se había separado, pero cuando la mujer volvió, el hombre vio que parecía embarazada y le pidió que se hiciera una prueba de orto, pero ella se negó, agregó el hombre.
Detalles
Se presume que el infante nació y de inmediato fue echado a la letrina, pero gracías a Dios, a las 4:30 p.m, del martes fue rescato por un joven que vivió algo similar cuando niño.
Cada uno de los integrantes de la historía, vecino, hijo de este, y policías, jugó un papel fundamental, para salvar la vida del pequeño a quien el grupo de Policías bautizaron con el nombre de Aaron, que significa "León Guerrero" por su fortaleza. Además es un nombre biblico, dijo el subcomisionado Aristides Ramos.
Cronología
Entre las 7 y las 8 de la noche del lunes, se presume que la madre parió al niño, y lo echó a la letrina junto con la placenta, la cual yacía en flotando entre las heces fecales.
El Sr Rodríguez, quien vive en el lugar, dijo que a las 9:00 de la noche del lunes, fue informado por el supuesto padre de la criatura que había escuchado los gritos de un bebé, en el servicio higiénico.
Al día siguiente, Rodríguez a las 3:40 p.m, del martes, cerca a la letrina y oye el llanto de un bebé, y decide avisar a la Policía Nacional.
A eso de las 4:00 de la tarde la Policía Nacional llegó y un sargento 1ero observó al bebé acostado boca arriba, al principio pensaron que estaba muerto, pero el niño mueve las piernas, cambiando la historia.
Según este oficial, en gran parte el milgro se dio porque las heces estaban dura y a pesar que la naturaleza amenazaba con llover no hubo mal tiempo.
Los uniformados rápidamente quitan todas las hojas de zinc y el resto de los obstáculos que impedían realizar el trabajo de rescate.
Después de quitar las hojas de zinc que cubrían la letrina, pero siempre cuidando que no cayera un objeto al cuerpo del infante, los policías se encontran con la dificultad de pasar us fornidos cuerpos por el pequeño orificio. Allí entró en acción Abdiel Rodríguez, de 17 años, hijo del hombre que les avisó del hecho y quien cuando tenía 5 años, se quedó inconsciente en el fondo de una piscina, pero fue rescatado por su hermano mayor.
Después de convensar él, adolescente se llenó de valor e ingresó de cabeza al servicio higiénico.
Rodríguez, dijo no sentir asco y que solo le preocupaba la salud del niño y cómo agarrarlo sin herirlo.
De la superficie a donde se encontaba el niño mide 1. metro y medio.
Finalmente metió la mano entre la espalda y el costado izquierdo, mientras los policías lo sostenía por las piernas.
El equipo que trabajó logró sacar a ambos a la superficie y el pequeño fue atendido por la mayor Deika Navarro de la Policía Nacional.
Navarro limpió al niño y luego fue trasladado al cuarto de urgencias del Minsacapci de Las Garzas, en Pacora.
El bebé presentaba laceraciones en el muslo derecho, por lo demás estaba fuera de peligro, dijo la doctora que lo atendio.
Versión Científica
Guillermo Kenión, médico infectólogo, explicó que el niño se salvó porque no estaba expuesto a gases tóxicos que afectaran las vías respiratorias porque esta un lugar abierto, y que tal vez si éste afectado por baterias.
Destacó que el ser humano hace 4.5 millones de años, vivía en cuevas, sin fuego e intecambió códigos géneticos con cucarachas y ratones.
Tragedia
En abril de 2005, fallecieron trabajando cuatro hermanos quien realizaban labores de mantenimiento en un taque en Juan Díaz. Manuel Elías Solís Fernández, de 39 años; Luis Ernesto, de 36 años; Aníbal, de 33 años, y Manuel, de 25 años.
En esa ocasión el taque estaba cellado eso hace la diferencia, explicó el infectólogo.