‘Droga verde’, destrucción ambiental
La llamada , como le han denominado las autoridades a la madera del árbol de cocobolo, ha desencadenado una marejada de destrucción en la selva del país,
La llamada , como le han denominado las autoridades a la madera del árbol de cocobolo, ha desencadenado una marejada de destrucción en la selva del país, en medio de la celebración del .
“droga verde”Día Mundial de la TierraEl elevado costo del pie de la madera de cocobolo en el mercado internacional ha logrado introducir en el conglomerado de personas dedicadas a la tala, venta y distribución de ese preciado tronco a miembros de estamentos de seguridad del Estado.
Es toda una organización delictiva, igualada a los narcotraficantes, indican las autoridades.
Una investigación revela que a lo interno de la Policía Nacional un alto oficial y un subordinado están siendo investigados tras supuestamente estar introducidos en la comercialización de la madera, informó una fuente de la ANAM, que pidió reserva de su nombre.
El árbol de cocobolo está calculado en al menos 3,000 o 4,000 dólares la tonelada; es el precio que pagan los comerciantes de origen asiático en este país.
Una fuente consultada informó que la tala ilegal del preciado árbol se lleva a cabo en áreas o zonas supuestamente protegidas como: la cuenca del Lago Bayano, el Canal de Panamá, en la provincia Darién y en otros puntos del país.
En Chepo, moradores han reportado la presencia de ciudadanos de origen asiático que realizan negociaciones directamente con los colonos y nativos del lugar para obtener la tan buscada madera.
La comercialización ilegal de la madera ha ocasionado enfrentamientos entre colonos y nativos de las áreas protegidas por el control de la salida de la madera.
La corrupción entre las autoridades ha permitido que se registre la destrucción de las áreas selváticas y se genere un descontrol ilegal en la acción.
La fuente reveló que las guías, que deben ser severamente inspeccionadas por los funcionarios ambientales, indican una cantidad permitida, pero por medio del soborno, las cantidades sobrepasan lo estipulado.
Así las tucas sacadas de la selva son introducidas a contenedores en otros puntos y van directamente a los puertos y salen del país sin ninguna restricción.
Recientemente se logró detectar 13 contenedores que transportaban madera de cocobolo, pero las guías del contenedor indicaban que se transportaba chatarra hacia China.
La fuente señala que es “algo grande” lo que está detrás de la devastación de la selva, ya que los taladores, antes de cortar los árboles de cocobolo, primero queman al hábitat que está alrededor de este.
El árbol de cocobolo se encuentra protegido y está en extinción. No hay control. La fauna y flora son los más afectados por ese vil negocio.
La madera de cocobolo es utilizada para hacer muebles, instrumentos musicales y otros artículos de valor en el país asiático.
El año pasado se reportó la incautación de al menos 7 contenedores con tucas de cocobolo, uno de ellos reportado como perdido en un puerto de Colón.
En el presente año se reportaron 13 contenedores en un puerto de Colón, lo que dobla la cifra de incautaciones en distintos puntos del país.
Además, se reportó a inicios del presente año el robo de tucas incautadas por la ANAM que se encontraban en las oficinas del Parque Camino de Cruces, a orillas de la carretera Centenario.
Las autoridades panameñas no han detectado a un grupo dedicado a ese delito ambiental, porque señalan que las personas involucradas sacan partido del alto precio de la madera de cocobolo en el mercado internacional y se introducen en el negocio.
En ninguno de los casos reportados en un año se han dado capturas.
El pasado jueves, en la madrugada, se detuvo a cuatro personas en el distrito Arraiján, cuando intentaba salir con una gran cantidad de tucas de cocobolo.
El mismo día, pero en Chepo, en la cuenca del Bayano, se detuvo a 7 colonos que intentaban sacar al menos 15 tucas en un camión.