Las dos caras de un asesinato
Cuadro mortal: uno que murió y uno que sobrevivió. Diagnóstico: Un asesinato Cada día se registran muertes violentas provocadas por otro ser humano, dejando en
Cuadro mortal: uno que murió y uno que sobrevivió.
Diagnóstico: Un asesinato
Cada día se registran muertes violentas provocadas por otro ser humano, dejando en el ambiente una atmósfera de insensibilidad hacia la vida.
El quinto mandamiento de la Ley de Dios reza: “No matarás”, el cual ha sido violentado este año alrededor de más de 300 veces.
Una de las hipótesis más argumentadas por parte de las autoridades panameñas es que la mayoría de ellos se da por “ajustes de cuentas”; en otros casos, los pocos, producto de la violencia intrafamiliar e intolerancia.
Independientemente de las causas, según el psicólogo panameño Abelardo Zambrano, hay un trasfondo que involucra emociones que deben ser tomadas en cuenta para evaluar la necesidad de implementar programas de reforzamiento de valores en la sociedad.
El noruego David Abrahamsen, psicoanalista, escritor y psiquiatra forense, en un libro sobre el tema, reveló que la mente asesina presenta las dos caras de un asesinato, pero sea cuales fueren las razones que llevan a un homicidio, la mente del asesino actúa bajo la influencia decisiva de tres factores psicológicos que interactúan y se mezclan hasta el estallido violento: el temor, la frustración y la depresión.
Según su teoría, con mucha frecuencia la persona muerta representa un papel inconsciente en su propia muerte, y es así como a veces se piensa que una escena del crimen es suficientemente clara: un muerto, un asesino que resulta ser culpable, pero se debe lanzar una mirada más allá para indagar la escena previa al asesinato.
¿Cómo podría aplicarse eso a los crímenes entre sujetos pertenecientes a organizaciones criminales, en menor o mayor escala?
En muchos casos el asesinado tiene también responsabilidad en su propia muerte, provocando al agresor, llevándolo a cumplir con el rol de asesino.
¿Y por qué alguien ha de querer que lo maten?
Allí es donde podrían entrar en análisis los valores en su formación, la pérdida del valor por la vida, la falta de amor propio y al prójimo.
Cada caso tiene sus propias características, y corresponde a los investigadores determinar la relación entre víctima y matador para valorar con precisión el papel que cada uno representó en los hechos.
En ninguno de los resultados el victimario quedaría exento de la justicia, porque el delito sigue siendo delito.