Muere víctima de balas
Pese a que la Navidad siempre deja buenos recuerdos, en esta ocasión, en una familia colonense dejó una cicatriz que nadie podrá borrar. Las balas que
3
Silencio
Con la muerte de Isaías son tres los que fallecieron por las balas en Navidad, de parte de sujetos que-a pesar que todos conocen-por el Código del silencio nadie delata.
Pese a que la Navidad siempre deja buenos recuerdos, en esta ocasión, en una familia colonense dejó una cicatriz que nadie podrá borrar.
Las balas que dispararon varios pandilleros el 25 de diciembre en la Calle 3 de la avenida Herrera, cegaron la vida de Isaías Escalona Sandiford, de 16 años.
Isaías, quien cumpliría el 12 de febrero 17 años, era un joven que ayudaba a su madre con el sustento en el hogar, porque hacía los llamados “camaroncitos” en la Zona Libre de Colón.
“Mamá, ¿puedo ir a parquear con mis amiguitos?”, fueron las últimas palabras que escuchó Mónica Sandiford, madre de Isaías, que ese 24 de diciembre lo vio comprarse su ropa, patinar y luego cambiarse en la noche para reunirse con sus amigos.
“Nunca pensé que se iba a Calle 3, ya que vivimos a más de 6 cuadras de distancia, pero lo que más dolor me da es que era un muchacho de casa. Mi hijo no era pandillero; era sano, y por eso necesito que el gobierno busque a los culpables de su muerte”, dijo.
Todos en Colón recuerdan ese fatídico 25 de diciembre, aproximadamente a las 3:00 de la madrugada, cuando sujetos armados llegaron a disparar a otros jóvenes con quienes supuestamente tenían rivalidades, pero impactaron a inocentes.
Murieron el mismo día, Roberto Blacke, de 21 años, conocido como “Pocho”, y el barbero Cristian Martínez.
Otras nueve personas, entre las que se encontraba Isaías, fueron trasladadas para atención médica al Hospital Manuel Amador Guerrero.
Por la condición delicada de Isaías, fue referido al Hospital Santo Tomás con proyectiles de balas en la cintura y un brazo. El 27 de diciembre, dos días después del ataque, murió.
Su madre quiere dejar claro que no crió a un pandillero ni maleante, “era un menor que, todos los que lo conocen pueden decirlo, buscaba superarse y luchar por su familia sin cometer ningún delito”.