Sucesos - 28/1/14 - 03:19 AM

Sitiado Los Andes; bucan a homicidas

El barrio de Los Andes N.°2 en San Miguelito amaneció custodiado por las unidades policiales, como respuesta a los hechos de sangre producto del enfrentamiento

Por: -

Carlos A. Rodríguez / Crítica

El barrio de Los Andes N.°2 en San Miguelito amaneció custodiado por las unidades policiales, como respuesta a los hechos de sangre producto del enfrentamiento de dos organizaciones criminales en esa barriada.

Tras el asesinato a tiros de Antonio Martínez Santamaría, de 30 años, conocido como “Junir”, la madrugada del domingo, se realizaron ayer diversos operativos en el área, los cuales no dieron con el arresto de los responsables.

Antonio era un exmiembro de la Policía Nacional.

Residía en Panamá Este y dejó en la orfandad a una niña.

Fuentes informaron que su agresor se mantuvo en la misma fiesta en la que minutos antes participada la víctima.

El asesino aprovechó las veredas del sector para cometer el ataque y darse a la fuga.

Un sobreviviente del ataque no quiso brindar información a los efectivos policiales de quién podría ser el agresor.

Por su parte, el subcomisionado Rogelio Corbin informó que actualmente los operativos de profilaxis se realizan para reforzar el área.

La acción policial se realiza para la búsqueda de armas y cualquier persona involucrada en estos hechos recientes.

“Le pedimos a la comunidad que nos informe quiénes son los involucrados en los homicidios”, dijo.

Corbin afirma que la presencia policial se reforzará en las veredas y calles del citado sector para que la comunidad sienta que el policía es su amigo y denuncie las situaciones que se registran en el área.

El sector de Los Andes N.°2 se encuentra ubicado en el corregimiento de Omar Torrijos.

Es una barriada completamente organizada, ya que contiene calles y veredas amplias.

La guerra surgió tras una división de la pandilla “Calor Calor”, de Los Andes, un grupo delictivo dedicado al tumbe de drogas y tráfico de armas.

En Los Andes han sido asesinadas durante los últimos años al menos 12 personas.

A pesar de las investigaciones de la Policía Nacional y el Ministerio Público, no todos los casos fueron resueltos, ya que las declaraciones no apuntaban quién o quiénes podrían ser los vinculados.

La “ley del silencio” alarga el conflicto y solo queda recoger a los muertos.


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