Un mes antes anunció su muerte
A medida que pasan las horas aumentan preguntas sin respuestas sobre el homicidio de un joven trabajador y honrado asesinado de dos puñaladas, y cuyo cuerpo fue
Interrogantes
La familia se pregunta quién lo compañaba esa noche. Era un joven que no se metía con nadie, según familiares y amistades.
No hay sospechosos
A pesar de que el joven hizo una premonición a su madre, todavía no tienen un nombre que se pueda decir que es la persona que tiene que ver con el homicidio del sexto de los Pineda Pineda.
A medida que pasan las horas aumentan preguntas sin respuestas sobre el homicidio de un joven trabajador y honrado asesinado de dos puñaladas, y cuyo cuerpo fue dejado abandonado en un minisúper ubicado en La Siesta de Tocumen.
Quizás la clave del homicidio esté en la confesión que Eliécer Pineda Pineda, de 30 años, apodado “Leter”, hizo a su madre, quien en el momento no ahondó y ahora se arrepiente.
La víctima era el sexto de siete hermanos y se ganaba la vida como encargado de los montacargas en el almacén El Fuerte, en Pueblo Nuevo.
El viernes fue la última vez que se le vio con vida. Ese día salió de trabajar tras cobrar 15 días de vacaciones y anhelaba visitar a sus abuelos en Tolé, Chiiriquí, dijo la familia.
Dos de sus cinco hermanas contaron que Eliécer tenía el presentimiento de que iba a morir a cuchillo y lejos de su casa, tal y como fue hallado su cuerpo.
De acuerdo con sus parientes, en esa ocasión él dijo a la madre: “Cualquier día yo voy a morir, me van a matar a cuchillo y lejos de la casa”, sin embargo, ella no creyó y truncó la conversación que sostenía con su hijo.
Asustada y de forma respetuosa le pidió que por favor desistiera de hablar esas cosas; un mes después lo que temió se hizo realidad.
Actualmente toda la familia se pregunta: ¿Será que Eliécer tenía problemas? ¿Estaba siendo amenazado por alguien?
Las respuestas que-por el momento la víctima se llevó a la tumba-tiene a familiares y conocidos desvelados.
Hipótesis
La víctima tenía problemas con un hombre que le debía 15 dólares, y cuando se encontraban este le decía a otras personas que lo atacaran y en más de una ocasión se habían suscitado riñas. Era el único problema conocido que tenía la víctima, de acuerdo con sus familiares.
Los parientes recuerdan que tenía una relación con una mujer inestable emocionalmente, que tenía otra pareja, y que tal vez o quizás por un tema pasional lo hayan matado.
Una versión con menor importancia para la familia es que haya tenido alguna diferencia con otra persona dentro o fuera de la discoteca y que terminó en su muerte.
Cronología
Tras su hallazgo la gente informó que no era del lugar; luego testigos contaron que lo vieron bajarse a las 3:00 a.m. de un “diablo rojo” y que en su mano derecha tenía un cintillo amarillo. Los informantes pensaron que estaba borracho, pero después se comprobó que estaba herido con arma blanca en el abdomen y tórax.
El cintillo en la mano de Eliécer lo colocan en la entrada de una discoteca ubicada en 24 de Diciembre.
“Falta saber quién estaba con él”, dijo su hermana mayor.
Búsqueda
El vienes, allegados, vecinos y familiares estuvieron llamándolo, pero él no respondió y solo supieron de él el domingo, cuando un vecino lo vio en el periódico.
Uno de los allegados a la víctima dijo que por lo general la gente vincula los homicidios a gente que ha vivido al margen de la ley, pero este no es el caso, por lo que piden que se investigue y se haga justicia.
También negaron que tuviera deudas, problemas de apuestas; su única debilidad eran las fiestas, dijo el menor de los hermanos. Nunca tuvo problemas con la justicia, por eso la familia espera que se haga justicia, y si alguien sabe algo que lo informe a Homicidios de la DIJ, al teléfono 5122228.
Lo único cierto es que no fue asesinado para robarle; su reloj, celular, pulsera, collar y dinero en efectivo los tenía.