Tipiqueros - 04/10/13 - 07:57 PM
Cobraron $350 en su primer toque
Aunque tratan de descansar lo más que puedan después de los trasnochos, ambos artistas son de la opinión que las "horas de sueño no son recuperadas".
José Edwin Sánchez M.
Crítica
Su gran maestro fue su padre Luis Sandoval, luego Nicolás Vega le dio los últimos consejos para constituirse hoy junto a su hermana, como un dúo exitoso en la música típica panameña: Samy y Sandra Sandoval.
Samy recuerda que a los 8 años tuvo su primer acordeón. Su hermana Sandra es más directa y nos dice que ella misma fue su primera maestra de canto. "Yo fui mi propia maestra, y como saben, cantaba bien feo", resalta.
Sandra se identificó, eso sí, con la saloma y canto de Leonidas Moreno, esposa y acompañante musical de Alfredo Escudero.
En sus inicios, confiesa Sandra, Samy imitaba el estilo de Alfredo Escudero, lo que la llevó a ella imitar a Leonidas.
Siempre contaron con el apoyo de sus padres para esta aventura musical. A pesar de los tropiezos, nunca desmayaron y hoy por hoy están entre los más pega’os de la música típica.
Su primer y peor baile
Samy recuerda que el primer baile que amenizaron como Samy y Sandra Sandoval fue en Los Pozos cuando tenía 15 años y su hermana 13; recibieron una paga de 350 balboas, de allí tenían que cubrir el alquiler del equipo, a los músicos, bus y demás, pero siempre quedaron con una ganancia, que no recuerdan y la satisfacción de empezar su aventura.
Ellos son unos de los artistas que mejor paga reciben por sus presentaciones, y las mismas en ocasiones han superado los 6 mil dólares.
Aunque han tenido buenos y malos bailes, Samy recuerda unos Carnavales en especial. Fueron contratados para tocar los cuatro días en estas fiestas en Río Hato. "Fuimos la primera noche, estábamos empezando y solamente fueron cuatro parejas. No fuimos más", resaltó.
Pero de manera especial recuerdan una ocasión que Alfredo les dio la oportunidad de tocar una de sus piezas en un baile. "Tócala y dale una sola vuelta al tema", recuerda que algo parecido les dijo el "Fellón", pero cuando la cosa tomó sabor, se acercó y le dijo: "sigue, sigue que está bien".
¿Y las horas de sueño?
Aunque tratan de descansar lo más que puedan después de los trasnoches, ambos artistas son de la opinión de que las "horas de sueño no son recuperadas".
"Es algo con lo que tenemos que aprender a sobrevivir. Son horas que no se recuperan, así que cuando hay oportunidad de dormir temprano, hay que aprovechar", aseguró Sandra.
No obstante, eso no es un impedimento para que en cada presentación que tienen lleven alegría a los bailadores, ya sea en toldos (donde le gusta más cantar a Sandra) o en lujosas salas de baile, donde les ha tocado llevar su música.
Los hermanos consideran que ser artista, aunque muchos lo duden, es una profesión muy dura, no solamente por el desenvolvimiento a la hora de tocar, sino por lo difícil que es conquistar al público.
A pesar de los múltiples compromisos, ambos hermanos tienen una fecha sagrada para ellos y es la Navidad. Ese día no hay toques para pasarla en familia.
Sandra, modista;
Samy, arquitecto
A pesar de que una es abogada titulada y el otro, Ingeniero Industrial, de no ser músicos, ninguno de los dos se dedicaría a esas carreras. En el caso de Sandra, ella dice que sería modista como su mamá y Samy, arquitecto.
Pese a las horas que dedican a los ejercicios, para ninguno de los dos esto es un pasatiempo. En el caso de Samy, considera que ver televisión, el cine y comer son sus grandes pasatiempos; y para ella, no hay mejor pasatiempo que compartir con sus hijos.
A pesar de ser unos triunfadores en el mundo típico, ambos son amantes de la salsa y la balada. Ninguno de los dos es buen lector de libros. "El único tiempito que tengo es para mis hijos y dormir; yo empiezo un libro y no lo termino de leer", resalta Sandra.
Samy no se queda atrás y reconoce que "soy malo para leer. De pequeño me mandaban a leer El Quijote y nunca lo terminé. Esperaba un resumen y a estudiar".
Tema preferido
Aunque consideran todos los temas que han grabado como buenos, los dos sienten principal satisfacción por "La gallina fina", la cual consideran los identificó, y hay mucha gente que a tantos años de haber sacado este éxito, les pide que la toquen.
¿Retiro? "Yo decía que solamente tocaría hasta los 40 años, tengo 45 y seguimos en esto. A lo mejor más adelante, lo que hago es bajar el ritmo de presentaciones, pero no retirarme", asegura el acordeonista.
Su hermana, solamente le toca decir "igual, tengo que acompañarlo".
"Los Patrones de la Cumbia", como también son conocidos, tienen un ritmo agitado de presentaciones, y aunque han bajado un tanto el número de toques para estar con su familia, al menos son unos 24-25 toques mensuales, y van "hasta que el cuerpo aguante".
Crítica
Su gran maestro fue su padre Luis Sandoval, luego Nicolás Vega le dio los últimos consejos para constituirse hoy junto a su hermana, como un dúo exitoso en la música típica panameña: Samy y Sandra Sandoval.
Samy recuerda que a los 8 años tuvo su primer acordeón. Su hermana Sandra es más directa y nos dice que ella misma fue su primera maestra de canto. "Yo fui mi propia maestra, y como saben, cantaba bien feo", resalta.
Sandra se identificó, eso sí, con la saloma y canto de Leonidas Moreno, esposa y acompañante musical de Alfredo Escudero.
En sus inicios, confiesa Sandra, Samy imitaba el estilo de Alfredo Escudero, lo que la llevó a ella imitar a Leonidas.
Siempre contaron con el apoyo de sus padres para esta aventura musical. A pesar de los tropiezos, nunca desmayaron y hoy por hoy están entre los más pega’os de la música típica.
Su primer y peor baile
Samy recuerda que el primer baile que amenizaron como Samy y Sandra Sandoval fue en Los Pozos cuando tenía 15 años y su hermana 13; recibieron una paga de 350 balboas, de allí tenían que cubrir el alquiler del equipo, a los músicos, bus y demás, pero siempre quedaron con una ganancia, que no recuerdan y la satisfacción de empezar su aventura.
Ellos son unos de los artistas que mejor paga reciben por sus presentaciones, y las mismas en ocasiones han superado los 6 mil dólares.
Aunque han tenido buenos y malos bailes, Samy recuerda unos Carnavales en especial. Fueron contratados para tocar los cuatro días en estas fiestas en Río Hato. "Fuimos la primera noche, estábamos empezando y solamente fueron cuatro parejas. No fuimos más", resaltó.
Pero de manera especial recuerdan una ocasión que Alfredo les dio la oportunidad de tocar una de sus piezas en un baile. "Tócala y dale una sola vuelta al tema", recuerda que algo parecido les dijo el "Fellón", pero cuando la cosa tomó sabor, se acercó y le dijo: "sigue, sigue que está bien".
¿Y las horas de sueño?
Aunque tratan de descansar lo más que puedan después de los trasnoches, ambos artistas son de la opinión de que las "horas de sueño no son recuperadas".
"Es algo con lo que tenemos que aprender a sobrevivir. Son horas que no se recuperan, así que cuando hay oportunidad de dormir temprano, hay que aprovechar", aseguró Sandra.
No obstante, eso no es un impedimento para que en cada presentación que tienen lleven alegría a los bailadores, ya sea en toldos (donde le gusta más cantar a Sandra) o en lujosas salas de baile, donde les ha tocado llevar su música.
Los hermanos consideran que ser artista, aunque muchos lo duden, es una profesión muy dura, no solamente por el desenvolvimiento a la hora de tocar, sino por lo difícil que es conquistar al público.
A pesar de los múltiples compromisos, ambos hermanos tienen una fecha sagrada para ellos y es la Navidad. Ese día no hay toques para pasarla en familia.
Sandra, modista;
Samy, arquitecto
A pesar de que una es abogada titulada y el otro, Ingeniero Industrial, de no ser músicos, ninguno de los dos se dedicaría a esas carreras. En el caso de Sandra, ella dice que sería modista como su mamá y Samy, arquitecto.
Pese a las horas que dedican a los ejercicios, para ninguno de los dos esto es un pasatiempo. En el caso de Samy, considera que ver televisión, el cine y comer son sus grandes pasatiempos; y para ella, no hay mejor pasatiempo que compartir con sus hijos.
A pesar de ser unos triunfadores en el mundo típico, ambos son amantes de la salsa y la balada. Ninguno de los dos es buen lector de libros. "El único tiempito que tengo es para mis hijos y dormir; yo empiezo un libro y no lo termino de leer", resalta Sandra.
Samy no se queda atrás y reconoce que "soy malo para leer. De pequeño me mandaban a leer El Quijote y nunca lo terminé. Esperaba un resumen y a estudiar".
Tema preferido
Aunque consideran todos los temas que han grabado como buenos, los dos sienten principal satisfacción por "La gallina fina", la cual consideran los identificó, y hay mucha gente que a tantos años de haber sacado este éxito, les pide que la toquen.
¿Retiro? "Yo decía que solamente tocaría hasta los 40 años, tengo 45 y seguimos en esto. A lo mejor más adelante, lo que hago es bajar el ritmo de presentaciones, pero no retirarme", asegura el acordeonista.
Su hermana, solamente le toca decir "igual, tengo que acompañarlo".
"Los Patrones de la Cumbia", como también son conocidos, tienen un ritmo agitado de presentaciones, y aunque han bajado un tanto el número de toques para estar con su familia, al menos son unos 24-25 toques mensuales, y van "hasta que el cuerpo aguante".