Viva - 02/4/14 - 03:31 PM

Clases sobre divorcio para parejas con problemas

``Si llegas al punto en el que piensas que ya no hay nada que hacer, no vas a reconsiderar una decisión a la que te costó tanto llegar'', sostuvo el patrocinador del proyecto, el representante republicano Jim Nielson.

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SALT LAKE CITY, Utah, EE.UU.
AP

 Unas pocas noches a la semana, tribunales de Utah se llenan de padres de familia que quieren divorciarse. Y una de las primeras lecciones que aprenden es sencilla: No metan a los hijos en el medio.
  ``Protejan a sus hijos'', pide el instructor Neal Gunnarson a los asistentes a una de las clases.
  Utah fue el primer estado de Estados Unidos que exigió en 1994 a las parejas que tomasen lo que hoy es una especie de seminario de dos horas, a un costo de 55 dólares, como requisito para completar el trámite de divorcio. Ahora los legisladores proponen a las parejas tomar el curso incluso antes, en la esperanza de evitar la disolución de matrimonios en los que hay hijos.
  ``Si llegas al punto en el que piensas que ya no hay nada que hacer, no vas a reconsiderar una decisión a la que te costó tanto llegar'', sostuvo el patrocinador del proyecto, el representante republicano Jim Nielson.
  Se cree que la medida será aprobada a pesar de las objeciones de quienes dicen que lo único que hará es complicar más todavía un proceso ya de por sí difícil y doloroso. ``Están pasando por un momento terrible'', expresó Dianne Passey, quien enseña una clase de divorcios en Salt Lake City.
  El proyecto pone nuevamente en el candelero a un estado que ya dio de qué hablar con una legislación que fue única 20 años atrás y que hoy es moneda corriente.
  Según un estudio del 2008 de la Asociación de Tribunales sobre Familia y Conciliación, 48 estados ofrecen algún curso de ese tipo. En 27 se requiere a los padres tomar la clase. En algunos casos se exige también una sesión a partir de videos.
  Utah no es el único sitio donde se estudian medidas tendientes a evitar el divorcio.
  La legislatura de Oklahoma tiene en sus manos un proyecto que alargaría a seis meses la espera para que salga el divorcio. El año pasado circuló en Carolina del Norte otro proyecto que planteaba la extensión de ese período a dos años. En Colorado se propuso una espera de un año en el 2012.
  En una clase reciente, algunos de los participantes se presentaron en sudaderas, otros en trajes más elegantes. Algunos tenían los ojos aguados. La clase aborda todo tipo de temas, desde cómo mantener afuera de las discusiones a los hijos hasta cuánto hay que pagar a los abogados.
  Algunos asistentes jugaron al solitario en sus teléfonos, mientras que otros le susurraban cosas a sus parejas o hermanos.
  En la primera hora del curso los instructores abordan cuestiones legales y le insisten a las parejas en que todavía están a tiempo de reconsiderar la separación.
  Nielson plantea que antes de que se resuelvan la custodia de los hijos y asuntos financieros, la pareja debe obtener un certificado de que participó en el curso.
  Cuando se le preguntó a una participante cómo se llamaba su esposo, la respuesta fue: ``Satanás''.
  Poco después los asistentes hicieron preguntas. ¿Debe pagar pensión alimentaria el ex marido si no tiene trabajo? ¿Qué se debe hacer si el dolor no amaina luego de la separación?
  ``Si estás paralizada y necesitas hablar con alguien'', le dijo Passey al grupo, ``sigue tus instintos'' y no dudes en buscar terapia.
  Gunnarson cree que no todas las parejas que van a las clases deben divorciarse. Pero la mayoría lo hará.
  Si uno de sus hijos estuviese allí y le preguntase por qué se divorcian, ¿qué responderían'', planteó Gunnarson.
  ``Decidimos que es lo mejor para todos'', respondió uno de los asistentes.
  ``Lo único que debes saber'', le dijo Gunnarson a un hijo hipotético, haciendo el papel de un padre, ``es que tu papi te quiere mucho y que tu mami te quiere mucho''.
  Alan Hawkins, profesor de la Facultad de Vida Familiar de la Brigham Young University, dijo que el proyecto de Nielson ayudará a disminuir la cantidad de divorcios al prender una luz amarilla muy necesaria. Afirmó que estudios académicos revelan que uno de cada diez divorcios ``es un error para todos los involucrados''.
  Hay quienes dicen que cuando una pareja siente la necesidad de ir a las clases, ya está casi condenada al divorcio.
  ``Si hay algo que no necesitas es eso. No va a salir nada bueno de esto'', manifestó Nicholas Wolfinger, profesor de estudios de la familia y el consumidor de la Universidad de Utah.

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