Contrólate y evita comer solo por tus emociones
Comer solo por una emoción pasajera es un problema frecuente que puede conducirnos al exceso de calorías y, por ello, obstaculizar la pérdida de peso o favorecer el sobrepeso enormemente.
Según el nutricionista Boris Domínguez, la alimentación de por sí es una de las necesidades fisiológicas que no se pueden dejar de hacer, incluso se puede convertir en un pecado (la gula), pero teniendo un poco de control y moderación podemos convertirlo en un placer necesario.
Hay que reconocer el problema
Cuenta el experto que no es fácil identificar los excesos en comida, salvo que sean demasiado obvios, porque la ansiedad se disfraza muy fácil de hambre y puede engañarnos por completo, por eso debemos tener conciencia de que las porciones que consumimos sean acordes y evitar comer a cada rato, comer cada tres horas en pequeñas porciones es excelente para mantener el metabolismo acelerado y todos los órganos activos.
Por otra parte, menciona que el estrés es uno de los factores que más afecta nuestro control sobre la alimentación y es que tiene la cualidad de atacarnos sin que podamos notarlo, a menos que estemos preparados para ello. Controlar el estrés y sus factores es sumamente importante para lograr una buena alimentación.
¿Qué hay que cambiar?
Cuando tenemos este tipo de problemas alimenticios, acudir a un nutricionista dietista es lo más recomendado, ellos también podrán identificar si el problema es por ansiedad o si es necesario controlarse con otro médico especialista.
En casos extremos y que sobrepasan las de un nutricionista, se debe recibir atención médica psicológica o psiquiátrica.
Soluciones al problema
Boris agrega que hay varios "tips" que nos funcionan:
-Aumentar la cantidad de proteínas que consumimos en la mañana ayuda a disminuir las ganas de comer dulces en la tarde.
-Consumir grasas buenas (aguacate, marañón, aceite de oliva, aceite de coco) y alimentos de granos enteros (pan integral, avena, quinoa, chía) ayuda a aumentar el tiempo de saciedad después de comer.
-El gran enemigo a vencer es el azúcar y las frituras, pues hacen que nos dé hambre con más frecuencia. Tomar agua también retrasa la frecuencia de hambre.
Un puñado de nueces, almendras, marañón puede llegar a ser nuestro mejor aliado en las tardes. Un pedacito de chocolate oscuro, libre de azúcar, es otro excelente aliado (un solo pedacito).