Cosas que no deberían avergonzarte en pleno siglo XXI
Te retamos a salirte de la caja y preguntarte: ¿Por qué estos temas nos causan vergüenza? Y lo peor, en pleno siglo XXI...
Por: Agencias -
Salvo que seas un adolescente hormonal que todo lo ve en tono de burla o una señora octogenaria a la que todo le alarma, hoy en día hay temas que no tendrían por qué causar polémica en la sociedad. Hablamos de aspectos tan naturales del cuerpo humano como la menstruación. Cierra tu boca y abre tu mente...
Para ejemplo basta con señalar el revuelo mediático que causó el desliz de la cantante mexicana Paty Navidad en el programa Despierta América, cuando se le escapó de debajo del vestido lo que parecía ser una toalla sanitaria. El accidente rápidamente se hizo “trending topic” en redes sociales y todo por el morbo infundado e inmaduro que causa en algunos este objeto sanitario.
Y es que desgraciadamente hay muchas mentes de este siglo que parecen del siglo antepasado. No podemos explicárnoslo aún, pero aquí reunimos otros temas que no tendrían por qué avergonzarnos hoy (al menos no más que la violencia que se ve a diario), aunque a veces aún lo hacen:
1. Amamantar en público
No hace falta mencionar que la lactancia materna es una de las etapas más importantes en el desarrollo de un niño, entonces ¿por qué está tan mal visto que una mujer le dé de comer a su bebé en el momento en que sea necesario sin miedo al qué dirán y sin tener que meterse a un baño? Sí, el problema son los pechos y pezones femeninos; pero se trata de una parte del cuerpo que en los hombres es muy normal, por lo que no comprendemos porque en la mujer sí sigue siendo sexualizada y causando tanto alboroto.
2. Decir que vas al psicólogo
¿Adivinen qué? El estrés, ansiedad y depresión son los grandes males del siglo XXI, la mayoría de la gente conoce a alguien que ha padecido estos trastornos y/o los llegarán a sufrir en algún punto de sus vidas. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud estima que entre un 35 y un 50% de las personas que los padecen no han sido diagnosticados ni tratados aún. Esto se debe al estigma que supone para muchos aceptar que necesitan ayuda psicológica o psiquiátrica, y al miedo de ser tachados de “locos” o discriminados en la sociedad. Lo cierto es que la salud mental debería considerarse igual de importante y seria que el resto de males físicos graves como la diabetes o el cáncer porque, de no acudir a tiempo con un especialista, podrían afectar nuestra calidad de vida drásticamente.
3. La menstruación y todo lo relacionado a ella
Aún en ciudades de más de 5 millones de habitantes existen farmacias donde, cuando pides un paquete de toallas sanitarias, el empleado (o incluso empleada) se pone rojo, comienza a tartamudear y te entrega tu pedido envuelto en cientos de capas de papel periódico y bolsa de plástico. Pareciera que te estuviera entregando drogas duras o armas nucleares. ¿Qué tiene de vergonzoso comprar y usar productos femeninos? ¿Por qué en la escuela las niñas son blanco de burlas de sus compañeros cuando comienzan a menstruar e incluso ya de adultas esconden la toalla o tampón como pueden cuando van al baño de la oficina? ¡Que alguien lo explique!
4. La edad de las mujeres
Antes, preguntarle a una mujer su edad equivalía a declararle la guerra a Corea del Sur, Rusia e Irán al mismo tiempo. Ahora, conforme las mujeres se han ido liberando de los estándares de género impuestos por la sociedad (como casarse antes de los treinta, ser madres abnegadas y estar siempre bellas para su pareja), cada vez es más común que estén dispuestas a revelar su verdadera edad sin ofenderse por la pregunta. Después de todo dicen que “los 30 son los nuevos 20” (“los 40 los nuevos 30” y así consecutivamente) y que la edad se lleva en el alma. Aun así no te sorprendas que todavía haya jóvenes que por ridículas comiencen a quitarse años sin haber llegado aún al cuarto de siglo.
5. Hablar de sexo o comprar condones (o pastillas del día después)
El sexo es uno de los mayores tabús del mundo, incluso en este siglo. Y eso está bien en parte porque las cosas que uno haga con su pareja detrás de la puerta no tienen por qué ser de la incumbencia de nadie más. Sin embargo, hay cuestiones que sí deberían tratarse con mayor libertad, como los métodos anticonceptivos y la educación sexual. Sin ambas cosas el sexo se vuelve peligroso, expone a los practicantes a enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados y muchos corazones rotos. Además, es muy importante fomentar una buena comunicación con los jóvenes, para que resuelvan sus dudas en materia de relaciones sexuales y hasta de identidad sexual, y así no arruinen sus vidas con errores sin vuelta atrás.
6. Ser o no ser virgen
Si bien llegar virgen al matrimonio dejó de ser una prioridad entre los jóvenes de la actualidad (¡normal! puesto que cada vez se casan a mayor edad), la manera en que se desarrolla su “primera vez”, y sobre todo quién es su “primera pareja sexual”, sí siguen siendo de gran importancia en la vida de muchas y muchos. Pero ¿por qué se le da tanto peso a la virginidad? ¿Cuántas otras 2primeras experiencias” son así de valoradas e importantes? Esta no deja de ser una decisión sumamente personal, pero lo cierto es que ni las mujeres ni los hombres deberían medirse por el número de parejas sexuales o de actividad sexual que hayan tenido, sino por sus valores, integridad y particularidades únicas como seres humanos.