El Vidajena

Por: Redacción -

Don Venerando era el propietario de una cantinucha ubicada en el sector sórdido del viejo mercado. Este Matusalén andaba por los ochenta abriles, pero aún no había colgado los guantes. Seguía levantando guiales como si estuviera en los veinte y tantos. Tenía una harén de bellas cantineras para servir a la respetable clientela de borrachos que iban al lugar más que todo para solazarse en la contemplación de aquellas beldades.

Venerando era muy celoso con sus empleaditas. Como toditas eran sus



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