Formó su trifulca

Redacción
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Los cantantes también tienen sus días malos. Y al parecer, Paulina Rubio tuvo uno de ellos. La cantante, montó una trifulca a su llegada al concierto de su novio Gerardo Bazúa, pues como en otras ocasiones, no quiso atender a la prensa que la esperaba y no quiso contestar ninguna de las preguntas tampoco ni se detuvo para posar o dar sun opinión sobre el concierto de su novio.

La prensa, tras estar esperando por horas se llevó tremenda decepción al ver que la cantante era llevada por sus agentes y guardaespaldas a un lugar donde no pudiera ser contactada.

Por su parte, Gerardo, algo más asequible que Paulina, ya no esconde su amor por la cantante y está feliz de estar a su lado. Su relación es ya un secreto a voces a pesar de que ninguna de las dos partes lo ha confirmado ni desmentido hasta el momento.