Se echó a las ‘beliebers’
Sin duda alguna, el “show” del año fue el de Justin Bieber, en el estadio Rommel Fernández. Entre gritos, desmayos y mucho fanatismo, Bieber logró
Sin duda alguna, el “show” del año fue el de Justin Bieber, en el estadio Rommel Fernández.
Entre gritos, desmayos y mucho fanatismo, Bieber logró echarse al bolsillo a las panameñas y extranjeras que hicieron hasta lo imposible por estar, por lo menos, a unos metros del cantante. La euforia fue tanta que por doquier se veía a fanáticas llorando.
Luego de sus dos primeras canciones, el ícono juvenil se tomó un receso de diez minutos. Sin saber por qué lo hizo, la gente quedó en total silencio, solo salió una de las bailarinas a decirle a las fanáticas que se corrieran hacia atrás. Fueron dos cambios de ropa que realizó, pues a eso de las 9:50 p.m. salió al escenario vestido de blanco; luego de un receso de diez minutos apareció, pero con un chaleco dorado. Más tarde se puso un pantalón negro de cuerina, botas y camiseta roja.
Padres cargando sobre sus hombros a sus niñas, otras más grandes aprovecharon para subirse en las sillas y lograr ver algo más.
Pero algo que prendía la adrenalina de las “beliebers” era cuando el cantante interactuaba con el público.
El “show” estuvo increíble, el artista no paró de bailar con sus bailarines, tanto así que sudaba y la respiración agitada se escuchaba a través del micrófono inalámbrico por el que cantaba.
La ‘chica OLLG’
El momento que todos esperaban era cuando escogiera a la “Chica OLLG”, ritual que hace el canadiense en cada concierto. Subir al escenario a una chica del público mientras canta la canción “One less lonely girl”. Para la chica, el momento fue mágico, un espacio de diez segundos se convirtió en una eternidad para la escogida, que solo se limitó a mirar a Justin y reír, pero era como si estuviera en otro mundo. Entre los requisitos para ser una “Chica OLLG” están vestirse de morado, no maquillarse mucho, no gritar demasiado y sobre todo tener un puesto vip.
La noche transcurría y las fanáticas pedían más y más. Canciones como “One time”, “As love as you love me”, “Never say never”, “Love me”, “Beauty and beat” fueron parte del reportorio del artista.
A eso de las 11:15 de la noche Justin dijo que se despedía con una canción, pero las niñas y jóvenes querían más. Por unos minutos quedó todo en silencio y el público coreaba la canción “Boyfriend”, así que regresó y cerró con “Baby”.
Lo que no se vio
Desde las 12:00 m.d. las personas que compraron boletos hicieron sus filas en las afueras del estadio. Algunas madres de familia optaron por acompañar a sus hijos, otras esperaban en sus autos mientras sus retoños disfrutaban. Una de las niñas más pequeñas en disfrutar del evento tenía cuatro años.
La tarima era toda de color negro, con tres pantallas grandes, en una esquina estaba el camerino, que era como una carpa blanca.
Hubo personas que vinieron de Costa Rica y Venezuela solo para presenciar el “show”.