Tejedores de historias agridulces

Por: Rosalina Orocú Mojica -

Fotos: Jaime Cordero

Mario y Einstein sueñan. Sueñan despiertos.

Ríen, aunque quisieran llorar, porque muchos sueños suyos y de seres queridos se hicieron añicos. En una sola noche.

Si la vida es sueño, como afirmó en la obra homónima el afamado escritor español Pedro Calderón De La Barca, no les consta. Tampoco que no lo sea. Pero, en "La farsa de un centavo", montaje de Za-k-tán, teatro independiente, universitario, en cartelera hasta mañana en el Salón F-103 de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Panamá, campus de Curundú, Mario (Kendall McKella) y Einstein (Alex Mariscal) siguen soñando, a pesar de que la parca llegó sin invitación a sus hogares.

Aún tienen las heridas en carne viva. Fue en 1989, durante la invasión de Estados Unidos a Panamá.

En medio de la miseria física y congojas, miran al mundo con rostros semioptimistas, en este montaje con texto y dirección de Alex Mariscal.

Construyen mundos hipotéticos. En ellos viven experiencias truncadas. Alimentan cada una con su ilimitada y fértil imaginación. Los pordioseros sueñan despiertos, porque soñando es más fácil mantener enfocada la atención en otra cosa, que no en el hambre que como mil afiladas navajas punza sus entrañas.

Quedan dos funciones, hoy, a las 8 p.m. y mañana domingo a las 4 p.m. La entrada es $10.


Alex Mariscal tiene más de 25 años de experiencia teatral y Kendall McKella, 20 años.

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