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EDITORIAL
Pobreza escandalosa
La pobreza es un mal escandaloso en Panam�, fue la sentencia del m�s reciente comunicado de la Conferencia Episcopal Paname�a. La aguda crisis que vive el 37% de la poblaci�n pobre del pa�s, requiere una atenci�n urgente del Estado y la sociedad paname�a. M�s de un mill�n de paname�os vive en pobreza y de ese grupo 591 mil sobreviven en medio de la pobreza extrema. Las familias pobres apenas perciben ingresos mensuales por 265 balboas, que malamente les sirven para cubrir el costo de la canasta b�sica alimenticia valorada en 222.68 balboas. Los que viven en extrema pobreza apenas pueden comer, porque sus ingresos no llegan a los 100 balboas mensuales. Esta gente sufre en carne propia lo que denunciaron los obispos del pa�s. Ellos est�n cansados de discursos y reclaman soluciones integrales al problema. El nivel de pobreza en un pa�s tan peque�o como Panam� afecta de tal manera, que un gran porcentaje de la poblaci�n no puede aspirar a una vivienda digna, debido a que no califican para lograr un financiamiento bancario. La opci�n es comer poco y vivir en casas brujas, sin las debidas condiciones sanitarias. Para satisfacer otras necesidades b�sicas, los estudios oficiales revelan que se requiere la suma de 385.50 balboas, que sumado a los 222.68 de la canasta alimenticia, obligan a las familias paname�as a realizar milagros para sobrevivir. Por eso vemos que los matrimonios j�venes viven arrimados a sus padres, porque los ingresos no les alcanzan para cubrir el costo de una vivienda y alimentarse. Desde hace m�s de una d�cada observamos estudios para reducir la pobreza. Mucha teor�a, pero el hambre, desempleo y la desesperanza acaban con los afectados por ese mal social. Es deber del Estado paname�o, por disposici�n constitucional, desarrollar pol�ticas sociales de prevenci�n. Aunque el Estado no debe sustituir a la familia, tiene el deber constitucional de realizar funciones destinadas a la conservaci�n y mantenimiento de la misma. Los pobres no entienden de presupuestos billonarios y pago de deudas externas, reclaman soluciones urgentes, concretas y permanentes, pero �stas no deben formar parte del paternalismo estatal, porque entonces se convertir�an en una carga para el pa�s. Ellos deben ser capacitados para incorporarse a la labor productiva del pa�s. La pobreza es el Tal�n de Aquiles de Panam� y el mundo, pero todos debemos dar nuestro aporte para este escandaloso mal como denuncia la Iglesia.
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PUNTO CRITICO |
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