Además de darle un toque sensual al cuerpo de toda mujer, los senos representan la parte más importante del cuerpo femenino, pues destaca en el aspecto sexual, psicológico y el más importante, el maternal.
Al igual que el resto del cuerpo, el busto necesita un cuidado temprano y constante con el fin de mantenerlos firmes, sanos y preparados para la vejez, debido a que son muchos los factores que estos tienen en su contra, como por ejemplo: edad, embarazo, lactancia, cambios hormonales y de peso, circunstancias que favorecen la distensión de los tejidos y la flacidez, situación que lleva a su deterioro más rápido de lo que se quisiera.
Pero estos puntos no deben ser problema, si se siguen algunas recomendaciones, como las que te señalaremos a continuación.
- Procura realizar por lo menos 10 minutos de ejercicios diarios, en los que una sus manos palma con palma a la altura de su pecho y presione una contra otra, al menos 20 veces. Este ejercicio ayudará a fortalecer -significativamente- los pectorales.
- Otra de las cosas que puede hacer para mantenerlos firmes, es friccionarlos con un cepillo suave, para ayudar a la irrigación sanguínea del busto. Esta acción debe realizarse con movimientos circulares de fuera hacia dentro hasta que la piel se torne ligeramente rojiza. No talle los pezones, porque se podrían agrietar.
- Después del masaje es recomendable untar aceite, ya sea vegetal (de almendras dulces, germen de trigo, manteca de cacao o virgen de oliva) o animal (aceite de ballena y cerdo).
La manera de aplicarlo es extendiéndolo con las manos sobre pechos, pezones y tejidos que los rodean. Realice un ligero masaje de abajo hacia arriba en forma de abanico, abarcando cuello y músculos pectorales. Las duchas heladas favorecen a los tejidos de los senos; también existen aparatos que, a base de chorros de agua, dan hidromasaje a esta zona. Después, es recomendable usar agua fría y caliente de manera alternada, ya que esto tonifica aún más la piel.
